EDITORIAL Las vacaciones de Pedro Sánchez ayudan a Lanzarote

Cuando se intensifican las críticas, más clara y contundente tiene que ser nuestra defensa. La elección de Lanzarote por parte del presidente de España, Pedro Sánchez, para pasar sus vacaciones en compañía de su familia en la isla es una gran noticia y un espaldarazo a la maltrecha economía insular.  Y, además, debemos defender que haga en su periodo vacacional lo que le venga en gana, ya sea estar de excursión o metido en La Mareta todo el tiempo. Lanzarote le ofrece a sus visitantes lo que buscan, les garantiza seguridad y tranquilidad para que disfruten de sus vacaciones. Lo gracioso sería que viniera de vacaciones y le obligáramos a hacer lo que no quiere ni lo que no le produce satisfacción. No ha venido en visita oficial, no ha venido a resolver ningún problema (aunque su sola presencia ya ofrezca un plus de publicidad a un destino muy necesitado de ella en tiempos de pandemia) sino a intentar recargar pilas para seguir al frente de un país que necesita reponerse del colapso sufrido.

 Se entiende que su visita a Lanzarote sea criticada por todos aquellos que hubiesen deseado que las pasara en su zona. Por eso mismo, nosotros debemos defenderlo. El objetivo no es hacernos amigos del presidente, sino que otros líderes mundiales sepan que en Lanzarote pueden pasar sus vacaciones sin ser molestados y como realmente quieren. Y cuando vuelva a su agenda de trabajo, ya volveremos hablar del gobierno.