Absentismo Laboral
- Manuel Plasencia, Miembro del comité de empresa de Canal Gestión en representación de la CGT
La Sentencia del Tribunal Constitucional (TC), además de avalar el despido objetivo cuando la persona trabajadora se ausenta del trabajo por deterioro de su salud y esté justificada dicha ausencia por los servicios médicos, muestra su clara apuesta ideológica y política por una clase determinada, el empresariado y su tasa de ganancia. Ahora El Tribunal Constitucional, reafirma que la libertad de empresa y la productividad son valores superiores a la vida y la salud de las personas trabajadoras.
La mayoría del TC, al apostar por la libertad de empresa y su inviolabilidad a ser lesionada por personas trabajadoras enfermas, olvidan que según sus propias reglas de juego (normativa), le otorga el papel al patrón-empresario, como único responsable de la vida y la salud de las personas trabajadoras (Ley de Prevención de Riesgos Laborales y ET), y al avalar que despedir “objetivamente” a una persona trabajadora que causa baja médica por enfermedad justificada, se hacen cómplices del deber de hacer y proteger la salud y la vida de las trabajadoras.
La Carta Social Europea obliga a los estados que la ratificaron, y el estado español es uno de ellos, a las condiciones de trabajo, los derechos de información y consulta, la igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo y la igualdad de trato entre hombres y mujeres, pero también a la protección de la salud y seguridad en el trabajo.
El chantaje al cual se somete a las personas trabajadoras, frente a esta posibilidad real de ser despedidas por el hecho de enfermar, muchas de las veces a consecuencia de las deplorables condiciones de trabajo y el temor de los trabajador@s a perder su puesto de trabajo por este tipo de despido puede empujarles a acudir al trabajo pese a sufrir una enfermedad o indisposición, con el riesgo de comprometer su salud, lesiona gravemente su derecho fundamental a una salud digna y limita su actuación tanto en la defensa de sus condiciones de trabajo, como en la exigencia de los derechos laborales y sociales.
En nombre del mercado y el beneficio privado, clase política, judicaturas y legislativo, reforzaron con sus Reformas Laborales y sus Leyes Mordaza, el “principio de libertad de empresa” como único principio de realidad, convirtiendo la Injusticia Social en algo “natural”, como una ley “sagrada”.