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¿”Invasión  silenciosa”? ¿”Quinta columna”?

 "Invasión silenciosa" es la denominación que las fuerzas políticas de derecha han dado a la llegada, vamos a admitir que "masiva", de personas desde África hasta Canarias en pateras. Una llegada de emigrantes que se ha asumido como la más numerosa, junto con la ocurrida en el año 2006, en la historia de la emigración al Archipiélago.

Tan visible y con tan importantes consecuencias para la normal convivencia de los residentes en Canarias es la situación que son muchos los que en las islas que, aun considerándose de ideología de izquierda, se posicionan en contra de lo que consideran pasividad del Gobierno de España. Tanto que además cuestionan los motivos humanitarios de quienes se arriesgan a cruzar los 200 kilómetros entre el continente negro y nuestras costas con serio riesgo para sus vidas en embarcaciones endebles, ya fueran magrebíes o subsaharianos.

Desde Vox se cataloga la situación, como ya dije antes, como "invasión silenciosa" a modo de lo que en términos de estrategia militar se denomina como "quinta" columna, expresión utilizada para designar, en una situación de confrontación bélica, a las personas que ha logrado infiltrarse entre la población para que en el momento de la invasión con tropa militar pudieran colaborar de distintas formas ante el "enemigo invadido".

A fin de documentarme a este respecto acudí a la opinión de un mando militar español jubilado. Este comandante en la reserva entiende que "la presencia en las Islas del tsunami africano" (magrebíes, del reino alauita y subsaharianos) se debe al "giro político en que se expresan ciertos partidos políticos". Y, sobre ello considera que "bien pudiera ser una quinta columna lanzada exprofeso a tenor de las características de estos grupos: gente joven y fuertes, de aceptable presencia, con medios de comunicación de alta tecnología e incluso con tatuajes con anagramas de unidades militares de ese continente". Para él "infiltraciones observadoras que se mezclan con minúsculos grupos para pasar inadvertidos y que tienen por misión toda clase de información estratégica de las Islas. Ya sea presencia militar, comunicaciones, modo de vida, centros neurálgicos, etc.". Todo esto, a criterio de mi informador, que dicho sea es de ideología de derecha, "aprovechando la lamentable situación política por la que estamos pasando".

En mi interés por contrastar toda esta teoría de la "invasión silenciosa", que sinceramente me parece una teoría novelesca, quise hablar con alguien que lo conociera de primera mano y que hubiera vivido la experiencia de ese salto migratorio con riesgo para su vida. Para ello hice por hablar con un guineano llegado a Canarias hace unos 30 años, ya establecido en Lanzarote, casado con hijos y con contrato de trabajo totalmente legal. Mi sorpresa fue mayúscula.

Para este guineano la gente que llega a las islas es "chusma". Maleantes que no vienen con la intención de trabajar "honradamente". Según me contó, vienen con dinero en los bolsillos, buena ropa y teléfonos móviles de alta gama. Más aún, me contó que las mafias bien organizadas que les facilitan el viaje, previo pago de importantes cantidades de dinero, les gestionan en Península pasaportes falsos y se los hacen llegar para que con ellos puedan viajar al continente.

Sin embargo, Televisión Canaria está emitiendo en estos días un amplio y documentado reportaje documental en el que portavoces de ONGs nacionales e internacionales, Gerardo Mesa (expresidente de Cruz Roja en Canarias en 2006) o Arcadio Tejera,  magistrado ocupado en el asunto de los africanos que llegan a las islas de forma ilegal y ex Diputado del Común; lo ven de otra manera. Consideran, sin reservas, que si bien son mafias organizadas las que gestionan, previo pago de cantidades que están alrededor de los 1.500 euros, el tránsito de emigración, la motivación está en "la miseria y la falta de oportunidades. La pobreza del continente africano". Ello aún a pesar del riesgo cierto de sus vidas.

Para expertos en la situación y para personas activas en las acciones de apoyo a los inmigrantes que de forma irregular llegan a Canarias y por tanto a Europa, la emigración, que consideran un derecho universal, tiene su justificación en que Europa ha esquilmado los recursos africanos y que en los países emisores la situación general es de extrema pobreza. Para todos ellos lo que mueve a todas esas personas a dar el salto a Canarias, con riesgo para sus vidas, es el "sueño europeo".

Para Juan Antonio de la Hoz, miembro de la Asociación Canaria de Solidaridad con el pueblo saharaui, en Lanzarote, y defensor de la autodeterminación del Sahara, respecto la inmigración subsahariana "es como dicen Gerardo Mesa y Arcadio Tejera". Pero "sospecho que los marroquíes que vienen sí pueden estar pagados por Estado marroquí para una invasión silenciosa y crear opinión para la independencia de Canarias". Y me recordó que en un libro de Emboirik Ahmed,  "Grito de Zemla", que me prestó en una ocasión, "se habla de que es lo mismo hicieron con el Sahara. Metieron marroquíes que crearon partidos políticos a favor de la independencia del Sáhara y después lo invadieron con la 'Marcha Verde'. Y después el Estado marroquí daba dinero, terreno, material para construir una casa y todos los sábados un camión repartiendo carne, para que los colonos marroquís se asentaron en el Sahara ocupado".

Dicho todo lo anterior, lo cierto es que la gran avalancha de pateras que está llegando a las islas, unido a la delincuencia de los “moros” en las islas, ya sea puntual, todo ello oportunamente amplificado por las ideologías más conservadoras, están generando en la población de Canarias, incluso en personas de pensamiento de izquierdas, una sensación de inseguridad que degenera en sentimientos tendentes a la xenofobia y el racismo.

Concluyendo. Al margen de confiar en que la inteligencia española, como es su obligación, sea conocedora de la teoría de la "invasión silenciosa" y de la posible "quinta columna" que Marruecos pudiera estar queriendo armar en las islas, y de que el Estado español sepa y sea capaz de dotarnos de los suficientes efectivos para asegurarnos la suficiente seguridad a la que tenemos derecho, tanto objetiva como subjetiva; la existencia innegable de mafias que se enriquecen con el tránsito de inmigrantes hacia nuestras islas, sea subsahariano o marroquí, no deberíamos es permitir que todo ello nos endurezca el corazón al punto perder la virtud de la solidaridad con nuestros iguales, aunque con distinto color de su piel.

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