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¿Pacto o carbón?

¿Plata o plomo?, ¿truco o trato?, ¿pacto o carbón? Tres interrogantes para decidir; tres, como los mosqueteros que entonaron el ¡uno para todos y todos para uno!; o tres, los Reyes Magos de Oriente, que ya es casualidad nacer el Día de Reyes y ser más felipista que juancarlista, del que cambió nuestro país chaqueta de pana mediante.

 Pues si de tres mágico se trata, ni uno, ni dos, sino tres han sido los acuerdos ofrecidos al gobierno de Teguise sobre cuestiones relevantes: planeamiento, inversiones y organización del Consistorio. No todo en política es confrontar o criticar - que también y cuando toque -, igualmente hay que combinarla con pactos necesarios. Así entiendo lo público, así ejercemos nuestra labor de oposición. Tanto que, hasta en tres ocasiones, hemos trasladado la necesidad de alcanzar esos pactos que afectan a decisiones de largo alcance para nuestro Municipio, más aún en las actuales circunstancias. De momento sin suerte.

 Sin suerte, o sin voluntad por el gobierno para aceptar la mano tendida y actualizar, por ejemplo, el plan general, propiciando un mejor tratamiento de las unidades de actuación que mortifican a muchos vecinos, o la imposibilidad de acometer algunas inversiones, por aquello de no venir en el Plan. También en cuanto a la aprobación de un Plan Especial del Casco Histórico de La Villa, a la espera desde hace lustros; e incluso, del ofrecimiento para adoptar una posición común frente al nuevo Plan Rector del Archipiélago Chinijo, que sí o sí, debe llegar a la octava isla y Famara, que ya toca de una vez.

 Pero no hay forma. Aún hoy, el grupo de Oswaldo obvia los llamamientos para acordar las inversiones prioritarias en materia social y de infraestructuras, sobre todo, en tiempos de crisis por el COVID y ante el anuncio de recursos extraordinarios para la reconstrucción económica de España, Canarias, Lanzarote y nuestro Municipio. Ya sea al hablar de presupuestos del 21 o de un plan de puesta a punto de Costa y el conjunto de pueblos, lo cierto es que caen en balde los intentos por demostrar que Teguise “is different” y las cosas se pueden hacer de otra manera: pactando unos y otros por el bien común. ¡Con la buena imagen que daríamos!

 Ni tampoco, por ahora, recogen el guante dirigido a modernizar el funcionamiento del Consistorio y ser más ágiles en atender las peticiones de nuestros conciudadanos. Pese a que todavía está lejana la promesa de otorgar las licencias y autorizaciones en tres meses formulada por el actual alcalde, y vaya por delante, que aún cuando fuera en seis, contaría con nuestro apoyo y aportación si la quisieran, lo que parece igualmente lejos.

Y eso, con lo bien que suena un Pacto por Teguise, de la concordia o como quieran bautizarlo, que tampoco seríamos exquisitos con el nombre de la criatura, pero sí con la necesidad de alcanzarlos entre los que están en el Gobierno, pues para eso tienen mayoría, y los que ejercemos una oposición diferente, enunciando y reivindicando posibles acuerdos. Esto, acordar, pactar, consensuar sí es cosa de dos - al menos - para que Teguise también sea distinta políticamente y posibilite un espacio donde entendernos en algunas cosas. Por esta parte lo tenemos claro, ¿pacto o carbón? La respuesta es sencilla: felices Reyes Magos.

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