El disfraz perfecto
- Norberto J. Domínguez Ramos, ingeniero Técnico Industrial
Se mantiene la dictadura energética disfrazada de falsa conciencia ambiental y lucha contra el cambio climático. De forma sutil y sin que nadie se dé cuenta, como el que entra en silencio por la puerta de atrás.
Las empresas del sector eléctrico, corporaciones privadas así como parte de las formaciones políticas, pretenden aturdir a los ciudadanos con información engañosa para impedir que tomemos las riendas de nuestra propia energía. En esa dirección reman, los grandes parques eólicos y las grandes plantas fotovoltaicas, pues son el medio más adecuado para mantener la hegemonía de los poderosos, asegurar la continuidad de la dictadura energética y alejarnos de una solución eficaz.
Mi nombre es Norberto J. Domínguez Ramos, residente en Lanzarote. De profesión Ingeniero Técnico Industrial, Docente e Instalador de Sistemas de Energía Solar. Como el primer instalador de las Islas Canarias en realizar con éxito un autoconsumo colectivo, con más de cinco mil paneles fotovoltaicos instalados, con diez años de docencia impartidos y unos diecinueve años en la ingeniería, creo que puedo permitirme opinar, sobre el actual marco estratégico, para enfrentar la lucha contra el cambio climático y la implantación de renovables que se presenta aquí en nuestra isla.
En ese sentido, una de las cuestiones más relevantes al respecto, es la controversia surgida en cuanto a la gestión de los parques eólicos instalados en la isla de Lanzarote. Máxime teniendo en cuenta que, a pesar del fracaso en la implantación y mantenimiento de los primeros, ahora se pretenda instalar más aerogeneradores para cometer el mismo error dos veces. Sin embargo, lo realmente desconcertante de estos sucesos, son noticias como las que se recogen en el diario digital, isladelanzarote.com, cito textualmente:
"El Consejo de Administración de Eólicas de Lanzarote S.L., órgano que preside María Dolores Corujo y que se reunió el pasado jueves en el Cabildo de Lanzarote, decidía por unanimidad ...."
" Hay que recordar que Eólicas de Lanzarote S.L. está participada por INALSA (Consorcio del Agua) en un 60%, y por Enel Green Power España (Endesa) en un 40%."
Tras la lectura estos textos, y un periodo mínimo de reflexión sobre los mismos, comienzan a surgir un sin fin de dudas, tales como:
¿Cómo es posible que una sociedad limitada, cuyo fin universal es el ánimo de lucro de los que la constituyen, salvo que me equivoque y en sus estatutos indique expresamente lo contrario, decida cuestiones que afectan al bien común de todos los Lanzaroteños, con el respaldo del Cabildo, entidad que se presupone defiende los derechos de los ciudadanos y en ningún caso justo, puede favorecer lo privado frente a lo público?
¿Cómo es posible que nadie se pronuncie sobre estos hechos, permitiendo sin resistencia alguna, que estas corporaciones sin la participación de los ciudadanos ni de personas expertas, dispongan libremente del dinero o subvenciones que pertenecen a todos, en beneficio propio, sin mencionar el grave impacto ambiental producido por los aerogeneradores de megavatios?
¿Cómo se explica, que un cargo público de máximo nivel, al mismo tiempo presida una sociedad limitada con la que, usando información privilegiada y atribuciones del cargo público, decida y convenga la ejecución de un parque eólico, sin réplica u oposición?
Desde mi punto de vista, este es el principal problema al que nos enfrentamos, los gobernantes actuales están a merced de los poderosos del sector eléctrico, y lo peor es que no saben ni lo que tienen que hacer, no están formados ni capacitados para tomar las decisiones adecuadas para el conjunto de la sociedad, ni mucho menos dirigir la lucha contra el cambio climático.
Desde hace tiempo y ahora también desde nuestra plataforma, Lanzarote Sostenible, seguimos insistiendo en que, el único camino posible a corto medio plazo pasa por el autoconsumo, es decir, mediante energía solar fotovoltaica instalada en las viviendas y edificios para consumir la energía donde la produces, lo que llamamos kilómetro cero.
El concepto kilómetro cero, marca el inicio de la libertad energética, pues se reducirían de forma considerable las infraestructuras eléctricas de transporte, las compañías suministradoras perderían la hegemonía sobre los ciudadanos, pues incluso pueden desvincularse de las redes usando baterías, y lo más importante, no habría tratos de favor para cargos públicos a cambio de puestos en los consejos de administración.
En contra de la solución Kilómetro cero y de los intereses comunes, están los parques eólicos y las grandes plantas fotovoltaicas, ya que son una réplica del sistema energético actual, es decir, una dictadura energética. Sustituyendo la quema de combustible fósil, por otras fuentes de generación renovables y retrasando con aspectos burocráticos e implantación de grandes infraestructuras la proliferación masiva de energías renovables.
Al hilo de lo anterior, nos hacemos eco de lo que muchos científicos, climatólogos y profesionales del sector afirman, que el daño causado al medio ambiente ya es irreparable. Mientras tanto los gobernantes actuales dando palos de ciego, sin criterio, sin rumbo. Hasta el día que despierten y se den cuenta de que no pueden comerse el dinero, no puedan respirar el poder, ni puedan beber puestos de administración, solo que ya será demasiado tarde.
Ya no hay tiempo, no se puede esperar más, hay que empezar a instalar paneles sin parar, retirar de forma radical todos los residuos del medio ambiente, detener la contaminación reduciendo drásticamente los consumos innecesarios.
Así mismo es de vital importancia señalar, que ésta tarea corresponde a todos y cada uno de los ciudadanos. No podemos delegar toda esta carga a los gobernantes y esperar que ellos tomen las riendas de nuestro futuro porque entonces no habrá ningún futuro para nadie. Pero si debemos recordarles y exigirles que defiendan a los ciudadanos por encima de cualquier empresa o corporación y que sin ellos no podemos continuar luchando por dejar un planeta para las próximas generaciones.
Norberto J. Domínguez Ramos, ingeniero Técnico Industrial