¿Para qué un himno nacional?
- Alex Salebe Rodríguez
Escribo este artículo prendado por la versión ‘El bien germina Ya’ del himno de Colombia de la Orquesta Filarmónica de Bogotá producto de un interesante y complejo proceso creativo enriquecido por artistas y las inquietudes y aportaciones de distintos sectores de la sociedad, que parió una obra musical impresionante con la que es fácil emocionarse.
Tarea difícil y atrevida “tocar” un símbolo patrio que suele ser una marcha de guerra que en este caso data de 1886. En España no ha habido consenso, como casi para nada, y el himno, como pocos en el mundo, apenas cuatro, se mantiene sin letra pasados cuarenta años de vida democrática.
Después de la pertinente memorización de su letra en la educación primaria y de cantarlo y repetirlo en actos cívicos sin todavía ser muy conscientes del significado del contenido ni de la concatenación de sus estrofas, cada partido de fútbol de la Liga de Primera División colombiana era y es para los amantes al fútbol una especie de repaso obligado semanal. Por supuesto, eventos deportivos internacionales de la talla de los Juegos Olímpicos o de un Mundial, cualquiera que sea la disciplina, le da otra dimensión bien distinta a la interpretación rutinaria.
El himno es una pieza tan arraigada que transmite tanto amor de tierra que en el deporte asistimos a la mala costumbre de profanarlo con silbidos cuando una parte del público pretende agredir al rival y afición contraria. Traigo a colación una frase del compositor y violonchelista inglés Philip Sheppard, extraída de un texto de BBC Mundo, que dice que “la música y el deporte son unificadores del mundo”. Sheppard fue el responsable de los arreglos de 205 himnos de naciones interpretados por la Orquesta Filarmónica de Londres en los Juegos Olímpicos de 2012 celebrados en la capital del Reino Unido.
Aunque también ha recibido crítica de los puristas de turno, yo diría que la versión recién divulgada del himno de Colombia por parte de la Filarmónica de Bogotá dirigida por David García, que descubrí a través de un muy buen vídeo que me envió un amigo por whatsapp producido en el corazón de la capital, es una gran obra unificadora del país compuesta por el maestro Victoriano Valencia y ejecutada por más de un centenar de músicos del país que también refleja el espíritu integrador de la obra y su idea de patria.
El director de la Orquesta dejó meridianamente claro ante la prensa que la reflexión creativa sobre el himno es una propuesta que incluye la riqueza musical de toda las regiones del país, entre ellos, géneros como el vallenato, la cumbia o la música de los llanos orientales. Recogiendo las palabras del maestro Sheppard, es una iniciativa cultural totalmente unificadora sin pretensiones de cambiar la esencia del himno de la República. El título de esta versión forma parte de la letra del coro de toda la vida: ¡Oh gloria inmarcesible! ¡Oh júbilo inmortal!¡En surcos de dolores, El bien germina ya.
La obra demuestra que no hay que temer a la innovación y tiene muy en cuenta el lenguaje urbano y gustos de los jóvenes, una forma de acercarla a un sector importante de la población llamado a engancharse a las expresiones artísticas.