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¿Quién es el mejor alcalde de Lanzarote?

Si fuera tan fácil contestar preguntas como hacerlas, los periodistas cobraríamos casi tanto como los políticos. Si fuera tan fácil atreverse a hacer preguntas con honestidad que a contestarlas  de la misma forma, la mayoría de los políticos ya estarían en la cárcel, a punto de entrar o esperando el finiquito de prisiones. Pero es que nada es comparable con el atrevimiento de las que llamamos personas normales, de la calle (eufemismos un tanto bobalicones, porque todos somos de alguna calle, como somos hijos de un padre y una madre). Que se te acercan sonrientes, te llaman por tu nombre de pila y te tutean como si hubiéramos dormido juntos las noche anterior y, a la menor de cambio, te la meten hasta atrás. No piensen mal, me refiero a la pregunta jodida, a la jodida pregunta. Y esta vez no fue distinto, aunque sí en el propio aparcamiento y con el tiempo justito de llegar a Lancelot TV para participar en el “Café de Periodistas”. Se me puso delante, abrió los brazos y me retuvo delante de él hasta que sus labios dejaron escapar las siete palabras con la frescura del que te saluda sin más.

“¿Quién es el mejor alcalde de Lanzarote?”, me suelta y se queda sonriendo, como si se hubiese vuelto bobo al caer en uno de los siete nombres, uno por cada palabra de la sencilla frase con cuatro monosílabos y el nombre de Lanzarote como dominante seguida de alcalde.

“Chiquita pregunta, como para contestársela sobre la marcha. Perdone pero es que no llego, me están esperando en la tv, y estas cosas no esperan. De todas formas, el mejor alcalde es el que usted quiera que sea”. Le dije, dando un rodeo lo menos violento posible y con una sonrisa fingida en los labios.

“Dígame un nombre, solo el nombre”, me imploró desde la distancia al mismo tiempo que me sonaba el móvil y era un mensaje del alcalde de San Bartolomé.

“Un nombre, por Dios”, gritó y le contesté con el solo propósito de apagar aquella musiquilla que ya duraba demasiado y que me estaba poniendo nervioso antes de verme en la tesitura de argumentar frente a mis tozudos compañeros de tertulia.

“Isidro”, dije; “Isidro”, repetí más alto, más fuerte, más provocador.

“Bueh, si no me quería contestar, ya se hubiese podido estar callado”, le oí decir mientras ya subía de dos en dos los escalones de hierro que me llevaban a la superficie después de aquella encerrona y él ponía su coche en marcha.

Mira que podía hacerme el baladrón ese preguntas sobre los alcaldes de Lanzarote que yo podría haberle contestado en un santiamén, demostrándole así que hago mis deberes todos los días para escribir y opinar con cierta solvencia. Trabajo que realizo desde hace casi cuarenta años, desde muy joven, y siempre con gran entusiasmo. No sé yo, pero podría haberme preguntado quién es el alcalde que tiene más edad. Y yo le hubiese contestado con gusto y a toque pito que mi amigo de la infancia, aunque ahora se pone un poquito cabezudito, José Juan Cruz Saavedra, el de Tías,  es el segundo mayor pero que el de Tinajo, Jesús Machín, es el mayor. Con 60 años cumplidos en marzo es el que más edad tiene. El resto de los alcaldes de Lanzarote en estos momentos tienen menos de 60 años. O preguntarme quién es el que más años lleva de alcalde. Y el premio vuelve a Tinajo, Jesús Machín, que lleva 22 años de alcalde de forma ininterrumpida, desde el año 2000, seguido muy de cerca por mi amigo y su amigo José Juan Cruz Saavedra, de Tías, que estuvo primero 16 años de alcalde, de 1995 hasta 2011, y ahora va camino de cuatro más, 20 en total, cuando acabe este mandato dentro de unos meses.

Me podría preguntar qué alcaldes accedieron a la alcaldía antes de ser elegidos por el pueblo por renuncia de sus compañeros. Y, en ese saco, meteríamos nada más y nada menos que a cuatro de los actuales alcaldes. El primero en subir así al podio de los Consistorios fue el propio Jesús Machín, que accedió a la Alcaldía al censurar a Marcos Hernández Guillén que fue alcalde un año. A pesar de que Marcos tampoco ganó las elecciones sino que contó con el apoyo de todos los concejales que no eran de CC, encabezada por Luis Perdomo, que llevaba de segundo a Jesús Machín y se quedaron a un concejal de la mayoría absoluta. El segundo en acceder a la alcaldía sin ganar las elecciones, en el pasado mandato, fue Oscar Noda, alcalde de Yaiza, que lo fue por primera vez al dimitir su jefa de filas de UPY, Gladys Acuña, al ser condenada judicialmente. El tercero en usar esta vía fue Isidro Pérez, que se vio abocado a la alcaldía desde el séptimo puesto de la lista del PSOE al Ayuntamiento de San Bartolomé por expreso deseo del predecesor, Alexis Tejera, y el apoyo cerrado de todos sus compañeros, al fallecer el que fue elegido con una sonora e histórica mayoría absoluta. La última en llegar así a la Alcaldía fue Evelia García (PMH), en el Ayuntamiento de Haría, que lo hace al renunciar, cumpliendo un pacto, Chaxi Niz (CC) y a pesar de que fuera el número dos de su lista, porque sus ya abandonados socios nacionalistas vetaron a Pepe Torres.

Pero es que sé un montón de cosas. Y el tío se empeña en preguntarme quién es el mejor alcalde. ¿Pero qué es ser el mejor alcalde? ¿Quién es un buen alcalde, para empezar? ¿Qué es un alcalde? Y después de saber todas esas cosas, cómo comparas ediles de un municipio con otros de otros municipios completamente distintos. Con más población, con una complejidad social mayor, con una vida política más intensa, con una realidad política más equilibrada, con una oposición más fogosa. Por ejemplo, aprobar normas que ordenen el municipio y eviten la discrecionalidad de los alcaldes puede deberse a buenos alcaldes. En ese sentido, otra vez Pepe Juan Cruz, en el 2005 aprobó el PGOU de Tías, y es que cuando llevas 20 años en el puesto lo que chirría es lo que sigue sin hacerse, por ejemplo la ampliación de Los Lirios y el Centro de Mayores “Casa Pascacia”, que se pegaron más de un lustro poniendo 50 millones de pesetas en los presupuestos todos los años y ni siquiera llegaron a comprar la parcela con la casa en el centro del pueblo que ya está en ruinas. También Oswaldo, que lleva 12 años, y amenaza con retirarse definitivamente este año, aprobó el Plan General vigente de Teguise en su primer mandato, con Echedey Eugenio como concejal de Urbanismo.

Vamos a ver, es enormemente difícil elegir a un alcalde como el mejor, o como el peor, entre los siete actuales. Son realidades y exigencias distintas. Pero sí es cierto que todos tenemos en mayor estima a alguno o alguna. Además, estoy seguro que si se hiciera una encuesta popular la mayoría de los votos de cada uno a su favor los cosecharían en sus propios feudos, lo que demuestra que muchos no cambiarían a su alcalde por el del pueblo de al lado. También pasaría lo mismo si votáramos al peor, porque si hay algo que supera el chovinismo es el odio a lo cercano que no queremos. Sería injusto también comparar a un alcalde que lleva 22 años (Jesús Machín (CC), Tinajo) gobernando un municipio rural y poco poblado con la alcaldesa de Arrecife, Astrid Pérez  (PP), que aterrizó en la Alcaldía de la capital de la isla hace tres años, con el Ayuntamiento patas arribas y los servicios y obras municipales completamente paralizados. Tampoco tiene mucho sentido comparar a quien fue mi alcalde preferido durante algunos años, para eso le ayudaba yo a construir su mensaje político, José Juan Cruz Saavedra, 20 años al frente del Ayuntamiento de Tías, con Evelia García, que lleva unos meses siéndolo la de Haría y que estoy convencido de que es una excelente oportunidad para que ese municipio norteño tenga una buena persona, preparada, hiperactiva y sensibilizada para afrontar el reposicionamiento de este municipio en el puzzle administrativo de Lanzarote. Tampoco me parece justo querer comparar los 12 años de alcalde de Oswaldo Betancort (CC) en Teguise, donde ha cosechado dos mayorías absolutas seguidas, con Oscar Noda (UPY), que lleva casi seis al frente de Yaiza.

Es muy fácil decir un nombre, pero muy difícil acertar en una valoración que estaría llena de subjetivismos. ¿Y entonces por qué le dije el nombre de Isidro? En primer lugar, porque sí sabía de dónde era mi interlocutor, al que vi en más de una ocasión, en los años 90, en el terrero de Tinajo, tirándole duros a Carmelo Guillén como si no hubiera un mañana, cada vez que el recordado y malogrado puntal de Tajaste daba en tierra con un contrario. Desde el primer momento, supe que con su pregunta solo quería que le confirmara que su alcalde y amigo Jesús Machín era el mejor alcalde del mundo mundial. Y aposté por provocarle. Y funcionó: “Bueh, si no me quería contestar, ya se hubiese podido estar callado”. Pero también porque creo que en su casi un año de alcalde, Isidro Pérez, San Bartolomé, está entre los alcaldes mejor valorados, al frente de un grupo de gobierno compacto y trabajador que le ha aceptado como líder con una madurez envidiable. Si me hubiese preguntado qué grupo de gobierno es el mejor sí me hubiese arriesgado a decirle el de San Bartolomé, con todas las reservas ya apuntadas para elegir al mejor alcalde. Pero es que muy poco más se le puede pedir a un grupo de gobierno municipal. Se les ve por todos lados en el municipio, han sido capaces de motivar a los trabajadores municipales para que ellos estén contentos en su trabajo y, a la vez, den lo mejor de sí al pueblo. La herencia de Alexis Tejera, al que sí hubiese nombrado como el mejor alcalde “sin rodeos cubre espaldas”, parece que está en buenas manos. Aunque Isidro está todavía por conocer, por el momento solo nos enseña lo que su amigo Alexis quería que se viera de él. Si gana las próximas elecciones, ya tendremos más datos para valorarlo y clasificarlo. Por el momento me vale para que el “lanzaduros” más completo que he conocido se volviera rascado a Tinajo y maldiciéndome a mí, o descojonado de risa, que la gente del campo es muy socarrona, mientras conduce su ranchera polvorienta que debió recibir como regalo en su primera comunión (Con Jesús Machín, of course).

  

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