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El hombre que daba las soluciones

 

 

El pasado lunes, día 20 de febrero, por la noche, falleció el ingeniero, técnico, político y empresario José Manuel Fiestas Coll, a los 84 años de edad, aquejado de una larga enfermedad que le obligó a estar alejado los últimos años de su vida de esa intensa actividad social que disfrutaba con su eterna sonrisa y optimismo. Arropado por su familia, su mujer, María Dolores Perdomo, y sus tres hijos, José Manuel, Rafa y Lola que le trataban con  enorme cariño y respeto, enfrentó su difícil situación última con la misma dignidad y fortaleza que encaró su vida personal, profesional, empresarial y política siempre. Hoy, miércoles, a las 11:00 horas, será incinerado y desde el mediodía de ayer, muchos políticos, técnicos, empresarios y amigos han desfilado por el tanatorio, en Arrecife, para darle el último adiós.

José Manuel Fiestas Coll era ingeniero de formación pero fue técnico del Cabildo de Lanzarote, político y empresario dejando huella en todas esas facetas de su enorme capacidad de trabajo e inteligencia práctica. En una  isla en plena transformación económica por el pujante crecimiento turístico, un maduro, formado, inquieto y bien relacionado José Manuel tocó los tres palos claves en la llegada de la democracia a las corporaciones locales, que tuvieron que afrontar el incipiente desarrollo.

En su faceta empresarial destacó como uno de los socios fundadores de Agramar, presidida por Gregorio Armas, en el que se encontraron importantes armadores de Lanzarote, que a mediados de los años ochenta, con la crisis de la pesca, sirvió de base para invertir en el pujante sector turístico, en Puerto del Carmen, a través de la empresa Costa Sal, que vendieron recientemente. Pero su popularidad le venía por su actividad pública, tanto técnica como política. No solo fue Jefe de la Oficina Técnica hasta su jubilación, sino que destacó como concejal del Ayuntamiento de Arrecife a finales de los años 80, por el CDS, fue nombrado consejero de Industria y Energía del Gobierno de Canarias en 1995, bajo la Presidencia del nacionalista Manuel Hermoso y como gerente del Consorcio del Agua de Lanzarote durante varios años a finales de los años ochenta y principios de los noventa.  Creó Inalsa, para que el Consorcio delegara sus funciones de producción, distribución y comercialización del agua en Lanzarote, de la que fue su primer consejero delegado, para agilizar los procedimientos y modernizarla, aunque, al abandonar el cargo, los siguientes gestores de la empresa pública utilizaron precisamente esa mayor agilidad de gestión para llevarla a la bancarrota.

José Manuel Fiestas Coll fue un hombre clave en Lanzarote a finales de los años ochenta y durante la década de los noventa. La pérdida de las elecciones del PSOE en el Cabildo, la entrada del CDS, partido al que pertenecía, a gobernar la isla, su conocimiento del funcionamiento de la administración, y el enrarecido ambiente político de la época con un Dimas Martín que ya preparaba su desembarco en la política insular, con un importante apoyo social,  con el que se llevaba muy bien, le permitieron tener un protagonismo excepcional para evitar las rupturas entre los socios que mantenían el gobierno.

Fiestas Coll, aunque en los últimos años de su actividad laboral, a principios de este siglo XXI, no tenía actividad política, su protagonismo se mantenía desde la Oficina Técnica, de la que era su jefe. Su campechana forma de ser, le mantenía en línea directa con todos los alcaldes de la isla, al margen de partidos e ideologías.  Fiestas siempre estaba dispuesto para buscar soluciones y agilizar proyectos municipales con un trato afable con los políticos que quisieran. Los alcaldes, casi todos los de la época, preferían hablar con Fiestas antes que con el presidente y llegar ante este con la aquiescencia del jefe de la Oficina Técnica.

Incluso después de su jubilación y antes de que quedara sumido en la triste enfermedad que le ha acompañado hasta su final, se le veía sonriente departiendo en cualquier fiesta a la que era invitado por muchos de sus amigos y excompañeros de la política, hechos durante años de trabajo en el Cabildo, en Inalsa, en la empresa privada, y en el Gobierno de Canarias. Mientras pudo, siempre dio sus consejos a todos y ayudó en lo que pudo.

Fiestas Coll fue, sobre todo, un virtuoso social, con las habilidades suficientes para explorar puntos de encuentro en quienes tenían los mismos objetivos pero se entretenían en las diferencias personales, ideológicas o prejuicios. Tenía la suficiente claridad para ver el problema, la paciencia para coser una solución y el encanto para comprometer a los actores en esa dirección sin restarles protagonismo a los demás. Y no le fue nada mal. Aunque, como todo, y todos, alcance su final.

Descanse en Paz, José Manuel Fiestas Coll.

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