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Alea iacta est

 

Nos esperan batallas electorales reñidas (XIV)

“Alea iacta est”, dirían los romanos en tiempos del latín. Ahora decimos simplemente que la suerte está echada. Superado el Rubicón de la aprobación definitiva de las listas electorales, tendremos que elegir entre lo que hay. Y no hay más. Salvo la resignación, votar en blanco o nulo o no votar. Las diferencias las conocemos ya.

Si queremos que gobierne algún partido de los presentados, alguna persona de las que llevan en  sus listas, cogemos sus correspondientes papeletas, nos presentamos en Correos en tiempo reglamentario o vamos a nuestro colegio electoral el 28M y depositamos el voto en su urna señalada. Si no nos interesa ningún partido ni quienes conforman sus listas,  pero no queremos que nos digan que no participamos, nos acercamos a los mismos sitios y votamos pero sin elegir a nadie. Y hay dos formas de hacerlo, con distinta repercusión. Podemos ir y provocar un voto nulo. ¿Qué cómo se hace eso? Muy fácil. Usted presenta cualquier candidatura llena de tachones, por ejemplo, o mete dos de distintos partidos en el mismo sobre, o cosas parecidas, y se declara nulo su voto. A todos los efectos, usted ha votado. A todos los efectos, es como si no hubiese votado. En cambio, usted va y vota en blanco, mete el sobre solo, sin nada dentro. Eso se llama votar en blanco. A todos los efectos, usted ha votado. Su voto, en cambio, no es nulo y tiene una influencia en el conjunto de los votos que perjudica a los partidos menos votados y beneficia a los más votados. Lo que hacen los votos en blanco, al contabilizarse como válidos, es aumentar el número de votos emitidos válidos. Y para que los partidos entren en el reparto de los escaños, tienen que superar el 5% de esos votos. Así que si usted vota nulo, esos votos válidos emitidos será uno menos que si vota a un partido o en blanco, con lo que “encarece”, en este último caso, la presencia de los partidos que están al límite de esas exigencias legales.

Así que usted puede quedarse en su casa y no ir a votar, que tiene la misma trascendencia electoral que si usted vota nulo. Pero si vota nulo, se entiende que usted está a favor de la democracia pero no encuentra ningún partido que le represente y tampoco quiere empeorar la situación de los partidos más endebles votando en blanco. Además, que queda ante la parroquia como un ciudadano cumplidor y puede, encima, decirle al político de turno que sea elegido que le votó a él. Si va a votar, no hay manera de saber a quién votó. Si se queda en su casa, es muy fácil ver que su nombre sigue en la lista sin tachar después de acabado el horario de las votaciones. Todos sabrán que no ha votado. Los primeros, los políticos. Y de entre todos los políticos, los que tenían expectativas puestas en su voto. Así que no le extrañe si cambian su forma de interactuar con usted. Es verdad que usted tiene todo su derecho en España de no ir a votar si no quiere. Exactamente los mismos que tiene cualquier persona de relacionarse con otra. Y en ese mundo de los derechos y los zurdos, ocurren muchas cosas que ni son de derechas ni de izquierdas, sino de todos y de ninguno a la vez.

Y esto es lo que hay. O vota o no vota. Y si vota, les vota o no les vota. Y si vota y nos les vota puede hacerlo como si no hubiese ido a votar, de forma que no perjudique a nadie, o poniéndoselo más difícil a los más pequeños. Pero sí vota y les vota, sepa que si es vecinos de Teguise tendrá diez candidaturas a su alcance para elegir una pero si es vecino de Tinajo tendrá exactamente la mitad, solo cinco, para las candidaturas a los ayuntamientos. Ahora bien, si la vota, se la come enterita, así que no solo mire el o la cabeza. Échale un vistazo a la lista entera, porque muchas, como las manzanas, parecen muy bonitas a primera vista, pero, al primer mordisco, aparece el gusano de turno. A veces, el gusano se ve desde fuera, pero en esos casos en muy fácil descártalo.

Teguise con diez candidaturas y Tinajo con cinco, son los municipios con más y con menos candidaturas al Ayuntamiento, respectivamente. También al Parlamento de Canarias por la circunscripción de Lanzarote se presentan diez candidaturas mientras que al Cabildo se quedan en ocho. San Bartolomé y Tías, al Ayuntamiento, tienen 7 mientras que Yaiza y Haría tienen ocho (¡cuántas cosas comunes tienen el sur y el norte en estas elecciones!) Y Arrecife se queda con nueve candidaturas.

Proliferan en estas elecciones los partidos nuevos y de carácter local y vuelven los de izquierda general, que se presentan más para demostrar que las siglas siguen existiendo que con el propósito claro de entrar en las corporaciones, además de entorpecer el acceso de otras fuerzas de izquierdas con más implantación pero que las divisiones ponen en peligro de supervivencia.

En el caso de los partidos de ámbito local, en Haría repite la Plataforma del Municipio de Haría (PMH) a la que pertenece la alcaldesa Evelia García y lidera el incombustible Pepe Torres y aparece CompromisoXHaría liderado por la exalcaldesa nacionalista Chaxi Niz. En Teguise, coincide el estrambótico Contigo Somos Democracia del animalista de raza peligrosa Laureano Álvarez Delgado, el partido Primero Teguise que se inventó Jonás Álvarez Morales para evitar quedar fuera al no contar ya con la confianza del PP, partido del que era concejal incluso habiendo formado esta nueva organización a escondidas, y aparece también Lanzarote en Pie, con la ex socialista Chona Brito como candidata, al convertirse en un partido local que se presenta en cuatro municipios y al Cabildo.

En Tías, vuelve San Borondón con Jemy Robayna como candidato a la Alcaldía y en Tinajo repite Antonio Morales con su Movimiento Renovador de Tinajo (MRT). En Yaiza, nos dan dos tazas de localismo sureño, al romperse el UPY de Óscar Noda  y salir de sus entrañas el YAS de Jonatan Lemes. Los dos lugartenientes de Gladys en sus tiempos de alcaldesa se baten en la arena para gobernar el municipio.

En Arrecife, El Lanzarote en Pie, que es más Leti que nunca, al emanciparse de Podemos y actuar como partido local, es la pieza capitalina en este mundo de los partidos nacidos para quedarse en el lugar. ¿Triunfarán? Algunos sí, otros, no. Como en botica, hay de todo.

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