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El pensamiento crítico y la música comparten espacio en la Casona de Femés

La exposición 'Arte. Yaiza. La colección' propicia una reflexión sobre la falta de salas expositivas en Lanzarote, que finaliza con el concierto 'Sonidos del alma'. La muestra de autores contemporáneos permanece abierta en Femés hasta el 28 de febrero

Reunidos alrededor del gusto por las artes plásticas y visuales y el interés por la exposición 'Arte. Yaiza. La colección', amantes de la cultura fueron partícipes el pasado viernes en la Casona de Femés de las reflexiones que dejó la charla sostenida por los gestores culturales Estefanía Camejo, Pepe Betancort y David Machado sobre la eclosión de espacios dedicados a la exhibición de obras artísticas en Lanzarote a partir de los sesenta, setenta y ochenta, convertido aquel brote en todo un movimiento cultural, hasta situarnos en la realidad de hoy, donde escasean edificios con las condiciones idóneas para exponer.

"Desde los años ochenta no hay centros expositivos, no hay espacios grandes, nuevos y accesibles, donde puedan colgarse cuadros de gran formato o situar instalaciones artísticas de tamaño considerable", coincidieron los intervinientes. Pepe Betancort, con la franqueza que le caracteriza, sostuvo: "basta ya de comprar edificios viejos e invertir en su rehabilitación, tenemos que apostar por nuevas edificaciones que permitan la exposición de obras de artistas de trayectoria y muchísima gente joven que está despuntando en el arte". Para ser aún más gráfica, Estefanía Camejo, añadió: "edificios donde taladrar una pared para colgar una obra no sea un problema".

El coloquio contó además con un protagonista de excepción sentado entre el público, Pedro Tayó, uno de los dieciocho creadores contemporáneos que precisamente dan vida a la muestra artística que el público puede disfrutar hasta el 28 de febrero en la Casona de Femés. El artista de Uga, precursor de la Casa de la Cultura Benito Pérez Armas como sala expositiva, planteó además como tema de reflexión la pérdida en Lanzarote de galerías de arte hasta prácticamente su desaparición, contrastando con la abundancia existente en otras plazas, un punto más que aviva el debate sobre la falta de espacios públicos y privados para exhibir y vender. "A lo mejor habría que buscar algún tipo de incentivo público para las galerías, sobre todo para que los jóvenes talentosos den a conocer sus trabajos".

La conversación fue interesante y dio para mucho, para reseñar los insufribles trámites burocráticos de la administración pública que cada día dificultan más la materialización de proyectos culturales, la falta de conciencia política y ciudadana sobre el valor del arte y el trabajo profesional y creativo de todos los agentes que llegan a participar en el montaje de una exposición o cualquier iniciativa o las trabas aduaneras para trasladar obras de arte fuera de Canarias.

Y hablando en términos de puro mercado, el coloquio también cuestionó la falta de habilidad de la Isla para rentabilizar, desde el punto de vida artístico, los millones de turistas que cada día pasan por Lanzarote, "no hemos sabido vender nuestro arte y teniendo una cantidad de artistas reconocidos que envidiaría cualquier ciudad".

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