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Heraclio Niz Mesa,  Pollo de Arrecife

Heraclio padre e hijo en la escultura que tiene el Pollo de Arrecife en la calle Real. 

 Corría sudoroso el mes de julio de 1929. La Lucha Canaria en Lanzarote vivía todavía bajo la positiva influencia de don Joaquín María de Los Remedios Rodríguez y Cabrera -conocido en toda Canarias con el luchístico sobrenombre de Pollo de Uga. Los poco más de veinte mil habitantes de la Isla no se cansaban de recordar las hazañas del más completo campeón que ha tenido el deporte vernáculo en Lanzarote. Con Ulpiano Rodríguez todavía presente, el recuerdo fresco del mítico Mamerto Pérez -de Los Valles- y del hércules lanzaroteño llamado Pancho Machín, la gloria de la lucha también tenía cabida en una ínsula que vivía inmersa en la austeridad impuesta por las carencias económicas. Se estaba a la espera de que el gran campeón don Joaquín se desposase en el mes de agosto, a sus 34 años de edad, y nadie -a excepción de familiares y amigos de los padres- cayeron en la cuenta de que el mes de julio del último año de la década de los veinte también pasaría a la historia de este deporte.

Nace Heraclio 

El día veintisiete del luchístico mes de julio -también en ese mes nació y murió el Pollo de Uga (17-7-1895, 25-7-1959)-, la pareja lanzaroteña afincada en Gran Canaria y formada por Heraclio Niz Gutiérrez y Felisa Mesa Cedrés veían nacer a su hijo cuando se encontraban de vacaciones en el pueblo de Máguez. Felisa tenía dos hermanas, maestras de Escuela, que daban clase en esa bonita localidad y allí nació Heraclio. Los cuatro kilos de peso y su parentesco con luchadores ya le sirvieron para que algunos aficionados vieran en aquel hermoso niño un futuro luchador. En cambio, Heraclio Niz Mesa prefirió primero divertirse en otros menesteres antes de probar suerte en los terreros. En su infancia y juventud, la República, Guerra Civil y Posguerra le marcaron el camino a este joven, hijo de cambullonero, que se movía en una época que no se prestaba al desenfreno ni al gasto. Se comía y poco más. El compartió estancia entre el Máguez de sus tías y la calle Gomera, número 27 del Puerto de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, residencia de sus padres. 

Tenía ya dieciocho años y su cuerpo bien hecho y fuerte se estiraba en los campos de fútbol en donde alternaba sus intervenciones de portero con sus ataques firmes como medio ala derecha en su equipo, el Torrelavega. Fue precisamente el azar -una vez más el azar- quien acercó a Heraclio Niz a los terreros. Se encontraba sancionado en el fútbol y aprovechó que los luchadores del Norte iban a Tao a luchar para enrolarse en el equipo y hacer su primera aparición pública en un terrero. Era el año 1947. Se celebraban las fiestas de San Andrés, derribó a dos y cayó ante Pepe Feo, después de ir empatados a lucha. Las especulaciones sobre su futuro y sus buenas maneras se dispararon y Heraclio cogió sus bártulos y se fue para Las Palmas. Él sabía que si quería ser alguien en la lucha tenía que estar con los grandes, entrenando con los superiores y aprendiendo de los maestros. Así se fue Niz Mesa a Gran Canaria. 

Nace el Pollo de Arrecife 

El tres de agosto de 1948 publica el periódico Falange una crónica de lucha donde menciona ya al lanzaroteño: “(...) Después hizo su presentación el Pollo de Arrecife, un muchacho fuerte que tiene posición y mucho hacer por delante. Fue vencido por Perico Mandarria". También Falange recogía en sus páginas del veintitrés del mismo mes y año: "(...) Lito dio buena cuenta del Pollo de Arrecife, un muchacho prometedor, pariente de aquel otro magnífico luchador lanzaroteño Mamerto (...)". Mucho tuvo que gustar desde el principio las formas y maneras de Heraclio Niz para que lo intentaran emparentar con aquel fuera de serie que fue Mamerto Pérez y con el que ni tan siquiera le coinciden los apellidos. 

Heraclio Niz, ya conocido como Pollo de Arrecife, se afanaba en los entrenamientos y ponía todo su interés en aprender técnicas luchísticas. Mañas y más mañas. Sudor, mano al calzón y agarrar con todos. Se sabía fuerte y con posibilidades, atesorando ademé una gran agilidad. No era gordo, sí alto. Con una estatura de metro ochenta pesaba ochenta y cinco llevaderos quilos. Tenía unos pies quizás exagerados -calza el 45- pero muy estables para el deporte del terrero. Era un luchador inteligente, no se conformaba con aprender las técnicas, sino que además aportaba variaciones de estas muy peculiares. Así creó su espectacular Revoleada y diferenció su traspié del clásico. Ser extrovertido y excesivamente desinhibido le servía para no arrugarse y reconocer que sólo le tenía miedo al avión. Listo, agudo, y muy dado al chiste y la poesía; El Pollo de Arrecife se acerca a su década prodigiosa de los cincuenta. 

En 1949, El Pollo de Arrecife lucha en la capital lanzaroteña y derriba en una luchada a Manuel Cabrera Pollo de Tías y este le planta un desafío. Aquella tarde noche, el heredero del arte de los Ulpiano pudo con Niz Mesa por un apretado 3-2. El Pollo de Arrecife no tuvo los problemas que sí sufrió el Pollo de Uga unos veinte años atrás: antes de empezar a luchar el Pollo policía ya había desaparecido el sistema de lucha corrida y la mano metida, forma de luchar muy habitual en Gran Canaria en aquella época. Justo Mesa, que luchaba a mano metida, se vio favorecido en su desafío con Joaquín Rodríguez por esta particularidad y venció al más grande luchador lanzaroteño por 3-0. Pero Niz Mesa siempre dice que ahora es más difícil porque para tirar a siete hombres hay que agarrar como mínimo 14 veces mientras que a principios de siglo bastaba con siete. Tampoco le falta razón, a pesar de todo.

La década prodigiosa

Entró en la década rompiendo moldes. Las crónicas alabando las virtudes del Pollo se multiplican a lo largo de los años que los llevan a 1958 y su retirada a Lanzarote. Tiró a todos los grandes. Caía, claro que sí, pero se colocó entre los mejores y empezó a ganar desafíos y a coger dinero del respetable. "El Pollo de Arrecife venció a Camurrita, Isaac Ramos, Hermenegildo, Ramírez y Abel Cárdenes", "Heraclio venció a siete contrarios, entre ellos a Santiago Almeida Cubanito y Alfredo Martín El Palmero", "El Pollo de Arrecife se impone a El Palmero y Abel Cárdenes" ... Las aspiraciones iban alcanzando sus objetivos y se colaba con su característico desparpajo y su sonrisa en la información deportiva. En los años de lucha de Alfredo Martín El Palmero, Abel Cárdenes Pollo Vegueta, Pollo de Anzo, Hermenegildo, Canario, Manolín, Lito, Cubanito, Guajiro, Vicente Cabrera, Camurrita, Carampín, Pollo de Las Mercedes, Pollo de Las Canteras, Chaval, Felipe del Castillo, Capitanito, Cerdeña, Gutiérrez, Rabioso y otros, el lanzaroteño consiguió su sitio. 

El día veinte de agosto de 1951, Canarias Deportiva recogía en sus páginas: "(...) en el frontón Las Palmas (...) con el resultado de 9-12 a favor de la selección Rumbo-Adargoma (...) Pollo de Arrecife venció a Manolín Y Canario (...)En la segunda lucha, 12- 7(...)". Ya andaba El Pollo

Heraclio Niz ya conocía y se enfrentaba a verdaderos números uno. Le gana dos desafíos al temido Alfredo Martín El Palmero; uno, el año 53, en Ingenio por 3- 1, y el otro, en el 55, en el Campo España, también 3- 1, después de tirar siete contrarios en la luchada que enfrentó a su equipo Rumbo contra el Adargoma. El famoso Abel Cárdenes "Pollo Vegueta" también cayó en desafío frente a Heraclio. En el primero, a siete luchas gana el lanzaroteño por cuatro a una y en el segundo desafío a cinco, por tres a una. Le gana desafíos a Pedro Rodríguez Pollo de Las Canteras (hijo), José Pérez Pollo de Las Mercedes, Cubanito, Gregorio Dorta, Felipe del Castillo, José Araña, Pollo del Naranjo entre otros. Estaba consagrado. 

Un diente de oro para el campeón 

Hasta el diente de oro que hoy enseña orgulloso se lo debe a la lucha. En una luchada en 1950, en el Viejo Campo de España, el médico dentista Velázquez le dice que, si hace una barrida como la anterior, en la que derribó a siete contrarios, le pone un diente de oro en se portó como un campeón y puso el oro en su boca. En Las Palmas sus equipos fueron el Kruger y el Tumbador, aunque en muchas ocasiones también reforzaba otros. Luchó con la selección de Gran Canaria contra Tenerife y pisó terreros de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y La Palma. Su popularidad alcanzó cotas de verdadero campeón.

En el año 1958, se retira y se vuelve a Lanzarote y entra de Policía Municipal en el Ayuntamiento de Arrecife presidido por el recordado Pepín Ramírez. En el periódico lanzaroteño Antena, el conocido periodista Agustín Acosta Cruz en un artículo titulado El Pollo de Arrecife se retira de La Lucha destaca la trayectoria deportiva de Niz. "(...) En las fiestas de San Ginés pondrá su punto final. En su isla natal comenzó el aprendizaje de este nuestro duro y noble deporte y en el Lanzarote de sus amores terminará su dilatada historia deportiva cuajada de brillantes triunfos (...)". Tenía Heraclio 29 años recién cumplidos. 

... Y llegó al cine 

Y vuelve a Lanzarote y sigue unido a la lucha; crea el Osborne y entrena al San Bartolomé. En el año 67, animado por conocidos luchadores de la zona ficha con 38 años de edad con equipo del Norte y a pesar de que ya no era el mismo hizo sus buenas luchadas. No quería volver a pegar, pero 60 mil pesetas y el poder de convicción de los compañeros lo devolvió a la arena sin zapatos y con calzones arremangados. Lo dejó y ya no volvió y su estela sigue viva. 

Ahora, camina desde la jubilación como sargento de la Policía Local de Arrecife y ve la razón que tenía Ginés de La Hoz cuando le aconsejó que optase por algo estable y se quedara en Lanzarote. No olvida los años cincuenta que para él fueron como los sesenta para los cuarentones de hoy. En esos años, su desparpajo y excentricidad le llevaron a participar en más de veinte películas entre las que destacan: Tirma, La Ruta Salina, alerta en Canarias y Más bonita que ninguna. Estaba casi especializado en ser extra en primeros planos de hombre duro. Su exagerada amabilidad y hospitalidad también le han dado sus buenos frutos. La Medalla al Mérito Turístico concedida en 1964 por el ministerio de Turismo e Información que presidía el conocido conservador Manuel Fraga y sus relaciones con personalidades de la talla del Conde de Barcelona, padre del Rey de España, que mantuvo más de una conversación con el entrañable Pollo de Arrecife son buenas muestras. 

Alfredo Ayala y Heraclio

 El conocido comentarista deportivo Alfredo Ayala se preguntaba en julio de 1972: "¿Quién, que sea aficionado a la lucha canaria no ha podido alguna vez hablar del Pollo de Arrecife y de sus oportunos versos

Ayala decía, rememorando tiempos ya en esa fecha muy pasados, que “(...) El mismo "Pollo de Arrecife", que hacía tiempo que había colgado sus ropas de brega, no pudo resistir la tentación de verse de nuevo en los terreros y el San Gregorio, de Telde, hizo gestiones para que Heraclio Niz viniera reforzar a su equipo en unos encuentros que tenía concertado.

 Su primera actuación -digamos que no estaba aún en plena forma- no estuvo muy allá, pero sacó a relucir su clásica y fenomenal "revoleada" y tumbó a dos "pollillos", inclinando la victoria para su equipo. Por la tarde, a las cuatro y media, tocaba otro encuentro, pero esta vez en Ingenio, frente al Maninidra". Una Vez terminada la primera luchada Heraclio invitó a Alfredo a almorzar y se encontraron allí con Loreto. Este le dijo al Pollo que esa tarde le iba a dar dos lomazos y Heraclio le contestó:

  “Peso ciento y pico kilos,

   en bruto y no en neto;

abre el ojo

que te parto el culo, Loreto”

 

Según Alfredo Ayala: "Y por la tarde, sobre el terrero de Ingenio, se enfrentaron y pese a la guerra que daba Loreto en sus agarradas, el Pollo pudo más. Loreto, con la caballerosidad que le caracteriza, estrechó la mano de su vencedor.

 Son estampas de la lucha canaria".

  La despedida

Es la hora de agradecerle al Pollo de Arrecife su contribución a nuestro terruño y dejarnos de majaderías impropias. Con sus 65 años cumplidos merece sentirse querido. No hace falta sino verlo caminar, con sus ciento y pico quilos, su ruidosa carcajada, su diente de oro, enorgullecido de sus recuerdos y con ganas de agradar para aceptar que debemos abrazar su voluntad de pertenecernos. Es una parte de Arrecife que hay que respetar. Este año que se cumple el primer centenario del nacimiento del Pollo de Uga, es un buen año para demostrar la sensibilidad con los luchadores. Heraclio vive su tercera edad con el orgullo de sus tres hijos -Heraclio, Bernardo y su hija Ana Iris, excelentes deportistas, aunque ninguno siguió la estela de luchador del padre -Heraclio lo intentó, y no era malo, pero no siguió- y su esposa agradece cualquier muestra de aprecio y reconocimiento. Con su sonrisa sincera paga y es suficiente. 

 

Extraído del libro "Lanzarote en el terrero", del que es autor Manuel García Déniz, editado en 1995.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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