Tías afronta el carnaval de Puerto del Carmen “bajo mínimos en seguridad”, sin Policía Canaria y con 18 policías locales de baja

La sensación de inseguridad se ha acrecentado estos meses en el municipio, al no pagárseles las horas extras a los policías, que ya se niegan a hacerlas, y aumentar las bajas por accidentes laborales

El Ayuntamiento de Tías afronta la organización del Coso de Carnaval de Puerto del Carmen esta tarde “bajo mínimos de seguridad” al no trasladarse finalmente a Lanzarote a los siete agentes de la Policía Canaria, que estaban previstos, por la compleja situación que viven en Tenerife con los casos de coronavirus. Este hecho unido a que 18 policías locales se encuentran en estos momentos de baja, agrava la situación de inseguridad que se ha venido denunciado por muchos vecinos estos últimos meses, donde el cuerpo local ha disminuido sus servicios por un conflicto que tienen en su seno, provocado por el actual grupo de gobierno que no les paga las horas extras ni les reconoce alguno de sus derechos.

Esta tarde, con la celebración del coso del carnaval Puerto del Carmen, la situación alcanza su punto álgido. El Coso de Puerto del Carmen, con más de cuatro kilómetros de recorrido y miles de personas desplegadas a lo largo de la Avenida de las Playas, es el más colorido pero también el más multitudinario de la isla, al unirse a los residentes los miles de turistas que residen en la zona.  Ante el número de bajas de agentes experimentados en la calle, el Ayuntamiento tirará de los policías que frecuentemente están en las oficinas y hasta de uno que tienen habitualmente destinado a limpiar los coches por razones que no se explican. Apenas doce agentes tendrán que atender las exigencias de la calle en pleno carnaval y después hacer los servicios nocturnos con verbena en El Varadero, donde se esperan también miles de jóvenes y otros residentes y turistas que llevan todo el día de fiesta.

La acumulación de bajas no se debe a una actitud voluntaria de los propios policías por la problemática que están viviendo a raíz de que el alcalde se saltara el preacuerdo alcanzado con el concejal de la policía y anunciara que el domingo, 1 de marzo, entrará en vigor el decretazo en el que se impone un nuevo calendario laboral que echa por tierra, según denuncian los propios policías, derechos de ellos ya reconocidos con anterioridad. En este caso, de las 18 bajas, 5 son bajas de larga duración, por enfermedades crónicas y otros 5 están de baja por accidentes laborales, entre los que están los cuatro agentes que fueron brutalmente mordidos por una persona violenta en un servicio recientemente atendido en Puerto del Carmen. Apenas 7 bajas  corresponden a enfermedades comunes diagnosticadas en la última semana, como gripes muy avanzadas. El sindicalista Javier Abad explicaba esta situación ayer en la Cadena Ser y afirmaba que las bajas comunes no son superiores a cualquier otra época del año, con lo que la situación creada tiene mucho que ver con la incapacidad del grupo de gobierno presidido por el alcalde José Juan Cruz para devolver la paz social al cuerpo policial, después de negarse a pagarles unas horas extras que les habían encargado previamente, imponerles un decretazo donde atentan contra sus derechos y ridiculizarlos en los medios de comunicación.

La seguridad del municipio en estos momentos bascula en torno a la Guardia Civil, que también presenta deficiencias en el número de agentes del puesto de Puerto del Carmen. Las posibilidades  que tengan de desviar hombres y medios desde el cuartel principal de Lanzarote, en Costa Teguise, será determinante esta tarde.

El decretazo entra en vigor el domingo, 1 de marzo

Sin negociar con los representantes de los policías locales, el alcalde de Tías firmó un decreto a principios de año con un nuevo calendario en el que determinaba la imposición de seis días de trabajo y cuatro libres como único imperante en la policía local a partir de su entrada en vigor, previsto para este domingo, 1 de marzo. Con él deja sin vigor el 6/5 que se venía utilizando en la policía y desatiende el preacuerdo alcanzado con el concejal de Policía, Andrés Manuel Fernández, donde este aceptaba que se aplicaran los coeficientes de corrección que asisten a los policías por hacer horarios cambiantes, nocturnos y fines de semana a cambio de que estos aceptarán el 6/4 e hicieran horas extras. Cuando se esperaba que el alcalde anunciara en una reunión la entrada en vigor del acuerdo, Pepe Juan Cruz les comunicó que aplicaría el decretazo aun a sabiendas de que parte del contenido podía ser ilegal, como le avisaron los representantes sindicales.

El 7/7 y 5/2 fuera del decreto

A pesar de que en el decreto del nuevo calendario firmado por el alcalde solo incluye el horario de seis días trabajados y cuatro libres, el jefe de la policía local, bajo la connivencia del alcalde, ha hecho ya el cuadrante de horarios para el próximo mes donde se les mantiene el siete días presenciales por la mañana y siete días libres a los dos oficiales que son familiares de dos concejales del grupo de gobierno. Además, los policías de oficina seguirán manteniendo sus horarios de 5/2, trabajan de lunes a viernes y libran los fines de semana, a pesar de que no se recoge esa discrecionalidad en el nuevo calendario que queda reducido al 6/4 para todos.

Con este decreto, en el que no se tiene en cuenta la realidad de los policías ni de sus servicios  ni derechos, algunas fuentes internas plantean que se da una vuelta más de tuerca a la lucha política por el control del cuerpo entre el alcalde y el concejal. Se da también la circunstancia que el actual jefe de la policía local lleva menos de un año en el cargo, al que ascendió por decisión del anterior alcalde al jubilarse el anterior, Celso Betancort. El jefe forma parte de los oficiales entre los que están el marido de una concejala del PSOE y el primo del concejal de la policía local. Entre la conflictividad laboral entre políticos y el cuerpo y los lazos familiares cruzados entre políticos y oficiales se ha creado un ambiente enrarecido que ha llevado a la policía local de Tías al peor momento de su historia, que está repercutiendo, según denuncian vecinos, en el nivel de seguridad objetivo y subjetivo.