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La Asociación de vecinos de Tahíche solicitará una nueva reunión al Cabildo ante el “atentado” de las obras de la Tubería Norte

Más de un centenar de vecinos se congregan para demandar un aplazamiento de las obras hasta el verano o hasta que se redacte un plan de saneamiento “que evite abrir la misma calle dos veces”

La Asociación “Santiago el Mayor” de Tahiche lograba congregar a un centenar de personas para pedir al Cabildo insular el aplazamiento de las obras -ya en marcha- de la Tubería Norte, y así poder garantizar con normalidad “la actividad lectiva y la accesibilidad a los centros educativos”.

Según reza en el manifiesto de esta Asociación vecinal, “la intensidad de vibraciones y ruidos” que generan las máquinas abriendo la zanja desde las 8 de la mañana a las 3 de la tarde resultan “totalmente incompatibles con la impartición de las clases” tanto en el colegio César Manrique como en la Escuela de Turismo.

Igualmente, se pedirá que los trabajos queden en un impasse, “hasta que se estudie la viabilidad de ejecutar al mismo tiempo dos infraestructuras, la de saneamiento y la de la tubería”, ya que según alega la propia Asociación vecinal en su manifiesto: “Tenemos conocimiento de que ya está presentado en el Ayuntamiento de Teguise -para su revisión- un proyecto de saneamiento del pueblo de Tahiche”.

Ademas, la Asociación lamenta el “atentado que se está haciendo con los vecinos de la localidad de Tahiche a “los que no se les escucha en sus reclamaciones” y describe como ilógico que “se pretenda abrir dos veces la misma calle para instalar en un futuro unas necesarias tuberías para el saneamiento”.

“Abren, llegan y ya está”, critican en relación a las alternativas “sin respuesta” que se les ha planteado para que las obra “no dificulten la rutina del colegio y de su calle principal”. Según este colectivo vecinal, el pueblo de Tahiche se “siente indefenso”, y más cuando se ha sabido que el tramo de la vía Rafael Alberti (de un solo sentido) que afecta al colegio y a varios comercios tardará entre 30 y 45 días en ejecutarse. “Esto es inaudito”, ha criticado.

“Falta de empatía”

“Apelo a la sensibilidad”. Con esta frase Macarena de Jerónimo, madre de un niño con síndrome de Down y aquejado de una hipoacusia intentaba buscar apoyos para que se paralicen unas obras que según critica se están ejecutando de “una forma abrupta” y “faltando al respeto a la comunidad educativa por la falta de información que nos ha impedido tener suficiente margen de acción”.

Esta madre recuerda a la Primera Corporación insular que el colegio de Tahiche es un centro específico para niños con deficiencias auditivas, por lo que “no solo afectará a mi hijo que porta audífonos, sino que hay otros muchos perjudicados”. E insiste en resaltar que la contaminación acústica y las vibraciones ocasionadas por una obra como la de la Tubería Norte “dificultará la comprensión y entendimiento de mi hijo durante las clases, porque ese eco retumbará como un sonido grave en sus audífonos”.

Por otro lado, Macarena de Jerónimo también muestra su preocupación por cómo afectarán estos trabajos de canalización a los cinco niños con necesidades educativas especiales (NEE) que hacen uso del Aula Enclave. Cabe recordar que este espacio está ubicado a muy pocos metros del lugar donde pronto estarán trabajando las excavadoras, razón por la que desde la dirección del centro se está planteando su reubicación dentro de las instalaciones educativas para garantizar el ambiente relajado que necesita este tipo de alumnado.

Sin embargo, Macarena insiste en los graves perjuicios que esto conlleva desde un aspecto sensorial y emocional para estos niños, ya que el Aula Enclave es un espacio específico, “estructurado como una casita, para que este tipo de alumnado se encuentre en un clima de aprendizaje propicio con material estimulante y rincones adaptados”. Precisamente, una de sus características es contar con un baño en la propio aula, aspecto que no estará disponible donde se les reubique: “Imagina las molestias que esto generará a la maestra y al auxiliar que están al cargo de la misma”.

Impacto negativo para los TEA

Desde la Asociación de Familiares del Espectro Autista en Lanzarote (LanzaroTEA), y en concreto su presidenta, Atheneri González, también ha mostrado su apoyo a los padres del alumnado TEA que solicitan un aplazamiento de las obras “a una época en la que no haya clases”. Igualmente, argumenta que “el traslado del Aula Enclave, o cualquier cambio de rutina, va a tener un impacto muy negativo para estos niños, tanto en el aspecto educativo como en el emocional, debido a que cualquier alteración en sus hábitos les genera mucha ansiedad”.

Además, González cree que estas variaciones de su rutina también tendrán su eco en el ámbito familiar, “porque son niños muy sensibles que manifiestan su malestar más allá del horario escolar”.

Cortes de agua y luz

Otro de los aspectos que preocupa a los padres del alumnado del colegio de Tahiche es el acceso alternativo que se ha planteado para la entrada de sus 460 matriculados. “Se hará por la puerta que utilizan los camiones que prestan servicio al comedor” y para evitar aglomeraciones “se ha establecido un horario escalonado que también afecta a nuestra conciliación laboral”. Según estima Macarena de Jerónimo, la nueva fórmula de acceso al centro conllevará la pérdida de tiempo lectivo, ya que “para facilitar la llegada del alumnado del transporte escolar se ha dispuesto que entren más tarde y salgan antes”. “Hoy mismo ya se han notado los colapsos de tráfico, porque también falta espacio de aparcamiento”, critica.

Para esta madre es desconcertante que el Cabildo siga sin atender las reclamaciones de los afectados por unas obras que ni se han consensuado, ni se han proyectado “con suficiente empatía, obligando al propio colegio a hacer cambios apresurados en su funcionamiento interno con el curso avanzado”. Además, anticipa como un grave problema los cortes de luz y agua motivados por las obras durante el horario escolar. “¿Cómo van a organizarse con el uso diario de los baños o cómo afectará esto a los 250 niños del comedor?”, se pregunta Macarena de Jerónimo que reconoce como necesario la instalación de la tubería, si bien “no de esta manera que nos falta al respeto a todos”.

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