El me debo a mí mismo y el yo/yo/yo de Benjamín
- MANUEL GARCÍA DÉNIZ
No sé hasta cuánto va a durar la teatralización que está haciendo el nuevo grupo de Gobierno del Cabildo de la situación de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) ni cuántas sandeces más hay que oírles, sobre el tema, a la presidenta y al consejero delegado del Consejo de Administración de esta entidad pública empresarial, puesta en marcha en 2005 para gestionarlos con autonomía y bajo el criterio de su único socio, el propio Cabildo de Lanzarote. Sinceramente, no lo sé.
Y no lo sé porque ni se los he preguntado ni lo dicen ni parece que esa decisión se ajuste a lo previsible en personas razonables y responsables con lo que tienen entre manos, que no es otra cosa que el gobierno insular y sus entes adheridos. Ayer ya fue el remate cuando, sobre las doce del mediodía, el periodista Javi Rodríguez expusiera las vergüenzas del consejero delegado y gerente de los CACT, Benjamín Perdomo, con absoluta crudeza, haciendo preguntas claras e incisivas, para que el entrevistado soltara perlas y más perlas.
Al principio te lo tomas a broma. Después intentas entender que la función de Benjamín es esa, dar la vara en los medios de comunicación, atacando a los anteriores gobernantes, mientras la presidenta atiende sus múltiples cargos a la prisa, a modo de cortina de humo o de cepa radiactiva para intoxicar todo lo que se pueda y más. Pero acabas enfadándote cuando la entrevista se convierte en algo más propio del Intermedio del Gran Wyoming que de uno de los principales programas informativos de Lanzarote. Sobre todo, es difícil contenerte cuando alguien afirma que la empresa está en una situación de suspensión de pagos pero que no tiene problemas para atender los pagos. O que el Cabildo le debe a sus propios CACT 750.000 euros por “comilonas de los políticos” y después sabes que son por actos sociales organizados por las propias Consejerías del Cabildo con las partidas de cada Área. O pasan de que el Cabildo les debe dinero a los CACT a que son estos los que les deben al Cabildo de Lanzarote 10 millones en concepto de canon no pagado. Es como si leyeran las cuentas anuales como un comic infantil. Que lees una página y te quedas dormido y al día siguiente lees otra página y te vuelves a quedar frito. Igual, pero, en este caso, después de leer te vas al medio de comunicación de turnos a aventurarte a contar esa página sin tener en cuenta que lo que permite que las cuentas contables de una empresa sean el fiel reflejo de su realidad financiera es el rigor que exige el plan general contable y el análisis en su globalidad.
La intervención de Benjamín en la Cadena Ser llegó a su “punto máximo” cuando intentó explicar cómo se solucionaba el problema que, según él y la presidenta, tiene atenazada y en la “quiebra absoluta y en una situación de suspensión de pagos” la viabilidad de los CACT que no es otra que el impago de esos diez millones de euros al propietario, al socio único de la entidad pública empresarial, al Cabildo de Lanzarote.
Benjamín, el hombre yo/yo/yo, puso voz profunda, y de circunstancias dramáticas, para decir que salvar esta situación dependerá de la negociación que él (yo/yo/yo) lleve a cabo con el Cabildo para ver cómo se refinancia esa deuda que tiene con el Cabildo. Si lo oyes, y no sabes de que va la cosa, parece que la negociación es con un fondo buitre o con el liquidador total y no con el propio propietario, con el único socio de la entidad pública, con la presidenta del Cabildo que a su vez lo es también de los CACT, con la persona que lo puso a él ahí para que se los cuidara mientras hacía de vocero mayor suyo. O Benjamín tuvo un golpe grande en la cabeza cuando pequeño o es un genio de la tergiversación y del marketing político mal entendido. Si a estas alturas no sabe que él no tiene nada que negociar con el Cabildo, muy mal vamos.
El Cabildo, Benjamín, es el dueño de los CACT, si el Cabildo quiere que los CACT se vayan al carajo lo decide sin contar para nada con usted. O lo que es peor, lo pone al frente de ellos para que los lleve al carajo. Y si decide hacer cualquier cosa no lo negocia con usted, simplemente se lo manda a hacer y si no está de acuerdo le firma el finiquito y va a buscar el tercer administrador de los CACT en menos de un año. Que los deberes los marca el profesor al alumno y no al revés. Si todo el problema que tienen los CACT es que subieron el canon a pagar al propietario, al Cabildo, por la empresa instrumental, de 1.7 a 5.5 millones de euros fijos, la cosa tiene fácil solución sin salir de casa. Se puede cuestionar la decisión, que qué sentido tiene aumentar el canon de forma voluntaria y arbitraria a la Entidad Pública Empresarial local centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote para después no acabar cobrándolos. Pero lo no se puede hacer es este circo, con dinero público, sólo porque cuatro políticos con más ego e ínfulas que sensibilidad social se dediquen a lanzarse insultos unos a otros cuando cobran sueldazos intolerables de la administración pública.
Si la señora presidenta quiere, en un santiamén, puede arreglar a su gusto la situación. Sin despeinarse, sin salir de la Casa Cabildo, con su gente. Y mandarle a usted, Benjamín una notificación con lo que tiene qué hacer. Nada más, no hace falta nada más. Cuestión muy distinta sería si las deudas fueran con terceros y no se pudieran afrontar cómo intentaron hacer creer al principio y hoy ya no se atreven a decir ni ustedes porque no se sostiene y provoca la hilaridad. A mí, sinceramente, ya me molesta. Y todavía quiero pensar que Benjamín está jugando a mamporrero intencionadamente y que realmente sabe más de lo que se percibe en sus declaraciones. Si no estaríamos ante una zafiedad insuperable.
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