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La tarea de no desinformar sobre el virus

Las tensiones entre Irán y USA, más de una docena de episodios de agitación social en Latinoamérica por motivos económicos y políticos, las prisas del primer ministro británico Boris  Johnson para consumar la salida del Reino Unido de la UE, las ocurrencias de Trump, la crisis de refugiados en Europa, o en España las guerras intestinas de partidos políticos y conductas sonrojantes de sus líderes, marcaban a principio de año la agenda informativa de los grandes medios de comunicación hasta que llegó la avalancha de noticias provocada por el nuevo coronavirus que “contagió” la salas de redacción del mundo entero obligándolas a ‘redireccionar’ su atención.  La pandemia también ha hecho un llamamiento a la reflexión en los medios al momento de sopesar lo verdaderamente importante y de interés y utilidad para lectores, escuchas y telespectadores.

Quienes están y hemos pasado por medios de comunicación de plantilla reducida, periodistas carga ladrillos de pura cepa, sabemos que así como se sale a la calle a hacer reportajes o escribir sobre hechos políticos, culturales, educativos, sociales o de repercusión económica, también hay que tratar sucesos, deportes, eventos festivos y lo que haga falta.

Para grandes y pequeños medios, el tratamiento informativo del covid se ha convertido en un reto periodístico por los contenidos científicos que hay que procesar, por el rigor con que deben ser tratados, por la investigación y pericia que hay que tener para cribar la información y las fuentes en una atmósfera contaminada por  bulos y fake news, pero también está siendo un reto ético por el tratamiento que conlleva el componente social y sensible de una tragedia que produce muerte y miseria tanto en países pobres como en otros ricos que presumían y alardeaban de su poder. Cuando no hay morbo de por medio nunca es fácil entrevistar a gente que lo está pasando muy mal ni informar sobre hechos que consumen la vida de las personas.

“El covid se convirtió en historia global de vida o muerte”, afirma con razón la periodista chilena Carolina Robino, directora de la plataforma multimedia BBC Mundo. Hemos pasado de la misión  periodística generalizada de informar, educar y entretener a un abc que se resume en educar, educar y educar. Prima ahora la información súper contrastada y que promueva la reflexión, datos certeros en contexto informativo a cambio de especulaciones. Ya miedo y pánico hay suficiente, e intrusismo y futurología también. 

Fuentes de la información derivada del covid son médicos, enfermeros,  científicos, economistas, asistentes sociales, psicólogos, entes internacionales como la Organización Mundial de la Salud, gobiernos de cada país o región, mandatarios locales y sectores productivos, entre otros, aunque qué valiosas y profundas son las aportaciones de vecinas y vecinos afectados directa o indirectamente por la crisis. 

La pregunta del millón: ¿y la vacuna? El covid sigue siendo un mundo por descubrir y tenemos la sensación de que sabemos poco de él y mucho de sus devastadoras consecuencias, sin embargo debemos acostumbrarnos a convivir con certidumbres e incertidumbres y hacer vida mientras avanza la investigación de la vacuna. Junto a estadísticas de contagio, curas y fallecimientos, la búsqueda de la vacuna es de los temas recurrentes en prensa por su claro interés informativo y social. Recibimos noticias de decenas de proyectos de investigación en varios países sobre la vacuna, unos ochenta calculan los expertos, pero llegados a este punto nos interesan más los estudios que ya se prueban en seres humanos, que actualmente se pueden contar con los dedos de una mano. Una selección informativa más.

La sociedad merece y necesita información totalmente fiable sobre el covid. Repito, ya hay suficiente miedo como para difundir todo lo que se rumorea. Aquí me pueden tildar de corporativista pero lo cierto es que la mayoría de periodistas no somos médicos y quienes tienen la responsabilidad de informar a diario sobre el covid realizan un trabajo muy valioso para transmitir a la población lo que está sucediendo de la forma más didáctica posible. Ahora,  por ejemplo, es más fácil que la sociedad entienda la diferencia entre los  test rápidos o las pruebas de diagnóstico más completas de  técnica PCR que pueden detectar el material genético del virus para saber si la persona está o no infectada.

Ojalá que el covid produzca un cambio significativo en los medios otorgando en adelante más espacio a los temas de ciencia y salud, que también dependerá, porque hasta eso tristemente lo determina la economía de mercado, de la demanda de todos como consumidores de noticias. La tecnología de hoy permite medir que se lee, escucha o ve menos o más.

Aparte de mi cercana amistad con varios profesionales sanitarios, en mi vida profesional recuerdo con especial cariño una entrevista que me concedió el que fuera jefe de los Servicios de Pediatría del Hospital General de Lanzarote, el doctor José Henríquez Esquíroz, el doctor Esquíroz, como lo conocemos todos, que también deben recordar muchas madres de la Isla por su “cantaleta” advirtiendo de la importancia de alimentar a los niños recién nacidos con leche materna.

Y rememoro la entrevista por la claridad y sinceridad con la que me habló del sistema de salud pública, recuerdo también su reticencia a jubilarse pronto porque se sentía un facultativo aún muy válido que podía continuar sirviendo a la población, pero también me quedó grabada, fuera de cinta, una sencilla y a la vez profunda reflexión que me soltó sobre la gratitud y la falta que hace enseñar a la sociedad a ser agradecida. Con la crisis del covid tenemos razones de sobra para agradecer a los sanitarios y al conjunto de la sociedad que lucha por sobrevivir, una sociedad de la que también forma parte la profesión de periodista.

Comentarios  

#1 Antonio 11-05-2020 15:13
Una vez mas otro artículo tuyo Alex, contundente. Y la sociedad y políticos en general de la índole que sean, deben basar la sociedad en tres pilares: Educación, Sanidad y diversificar la economía no solo de la Gallina llamada huevos de oro.
Hoy he visto por mi trabajo que va relacionado, las primeras cafeterías y bares abiertos -pocas las que vi, probablemente habría más-, te puedo asegurar que será muy complicado, muy duro.... pero tenemos que ser conscientes todos principalmente los usuarios, de que vale que el propietario cafetería o bar o negocio relacionado ponga las medidas y prevención correctas, si por otro lado los clientes no sepan respetar las mismas o sigamos pensando que me siento en una mesa-terraza, y sin guantes y sin mascarillas (no estoy hablando con la mascarilla puesta cuando toma el café... Es que ni las tenían encima de su cabeza provisionalmente)...
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