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Pactos, partos y abortos

Nos esperan batallas electorales reñidas (XXVI)

Me acerqué al Arrecife Gran Hotel con la pretensión de ver más que de oír. La convocatoria era para una rueda de prensa en la que dos mujeres empoderadas, la secretaria y la presidenta insulares de CC y PP, respectivamente, iban a presentar los pactos alcanzados para gobernar el Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Arrecife. Y allí estaban ellas, pero también un montón de gente más. Además del mogollón  de periodistas, fotógrafos y cámaras que uno espera en estas comparecencias posteriores a unas elecciones donde los votos de las urnas han dejado la puerta abierta a acuerdos entre las partes, había unas cuantas decenas de políticos cercanos y beneficiadas, directa o indirectamente, en el reparto. Y es ese paisanaje el que a mí me gusta ver. Lo otro, lo que dicen la Migdalia y la Astrid, ya se verá reproducido en todos y cada uno de los medios de comunicación minutos después. También me cercioré de que habría nota de prensa con los detalles verbalizados por ambas señoras, no vayan a pensar ustedes que pierdo la oficialidad sin tino, extasiado con los andares de lo/a/s aspirantes.

Llegué cinco minutos antes de las 18:30 horas, momento en el que estaba previsto el inicio del acto. Me gusta llegar a los sitios con la mesa puesta, pero, en este caso, aunque no es Fuerteventura, rara es la vez en la que una rueda de prensa comienza a su hora. Así que sabía que me daría tiempo de ver los corrillos, saludar a personajes de uno y otro partido, intercambiar algún chascarrillo con compañeros y persignarme dos o tres veces al ver las corrientes de aire nuevas que provocan los acuerdos para gobernar al principio del mandato. Aunque soy agnóstico me suelo persignar ante cualquier atropello emocional, cuando algo me sorprende, me produce risa o sorpresa. Quizás sea por el bien que me causa mover la mano izquierda por encima de mi tronco, con suavidad. No esconde misticismo alguno, es simple ejercicio físico con el que pretendo evitar calambres innecesarios sin despertar la sospecha en un ambiente francamente de derechas.

Aunque, mire usted por dónde, a Astrid se le ocurrió decir que el acuerdo programático había salido casi solo, “porque somos dos partidos de derechas”, y un periodista le preguntó a Migdalia si realmente CC era un partido de derechas. Y ahí parecía yo un cura de pueblo, con boina incluida. Porque me persigne cuando Astrid dijo eso tan de derechas, cuando el periodista se sorprendió de que CC fuera de derechas y otra vez más cuando le contestó Migdalia que “ellos eran un partido nacionalista”. ¡Ay, virgencita mía!

Muchos tenían en el recuerdo esta imagen de hace cuatro años. Del pacto de Loli y Astrid que revolcó a CC. Pero nadie dijo nada. ¡Cuidado con molestar!

 

A Coalición Canaria, aquí y en cualquier lado, le ha gustado ser siempre un partido bisagra. Allí donde hay una puerta que dé a un gobierno, los de CC se apuntan a abrirla y cerrarla a su gusto. Esa facilidad para coger los acuerdos por la parte que se abren y se cierran, bien engrasada para que no chirríe mucho, les ha permitido largos y duraderos gobiernos en Canarias en su conjunto y en sus islas. Y ahí siguen abriendo puertas de gobiernos. Da lo mismo si las bisagras se ponen a la derecha o a la izquierda, lo importante es que abran puertas. Como se abrió el melón de estos pactos en Arrecife y en el Cabildo que, por cantados, no dejaba de tenerlos/nos a todos en un vilo. Recordábamos el órdago de Astrid en 2019, con sus pactos y gin tonic con su amiga Loli Corujo, y aquella resaca del 90% de coincidencia de los programas electorales del PP y PSOE,  y nos empezaba a doler la cabeza a todos.

El pacto ya está. Hasta nuevo aviso. Se repartieron las áreas a ambos lados de la capital, con cabeza para el PP en el Ayuntamiento y Oswaldo Betancort en el sillón que Loli le deja a regañadientes  a causa de esa derrota “por poca cosa”. Me sorprendió no ver allí a mi respetado y querido Miguel Ángel Jiménez, doce años concejal de Haciende de Teguise, pero la sorpresa se me quitó cuando conocí el reparto. El bueno de Jiménez está atufado, casi deprimido, tristón. Con toda la razón del mundo. Jiménez es hombre serio y ya está picando los sesenta y no está para boberías. Él se venía para el Cabildo encantado, al lado de su admirado amigo Oswaldo con la ilusión de estar al frente de Hacienda y Economía del Cabildo. Miguel Ángel se levanta por la mañana y no hace estiramientos sino que repasa la tabla de multiplicar (y no sé yo si también la de embutidos) y otros ejercicios matemáticos más complejos porque quería venir para Arrecife en plena forma. Hacía hasta gárgaras con las tablas de porcentajes del IBI y otros tributos, para que le quedara ese regusto en la boca al hablar de la cosa pública. Pero fue enterarse de que el área de Economía y Hacienda se la lleva el PP y abandonó la tabla y todo. Incluso la de los embutidos. No come, no duerme y más que respirar, suspira por su Economía y Hacienda. Viendo los consejeros del PP, no harían mal ambos partidos en darle esta consejería a quien realmente la quiere llevar y sabría hacerlo bien. No hay mayor motivación para alguien que estar al frente de lo que sabe y quiere hacer. Y no es que le estén pidiendo la secretaria del Consejo de Gobierno, que eso seguro que se lo queda el listo y estirado (por todos lados) del popular Ángel Vázquez, como otras cosas de mandanga. Vázquez, aunque quien se bate el cobre y da la cara es Jacobo Medina,  está convencido de que nadie más que Astrid, su protectora y benefactora, le puede poner límite a su ya tan largo como estéril peregrinaje a sueldo por tantos mandatos cabildicios.

No solo estaba Ángel Vázquez pavoneándose por la sala. También lo hacía con un placer casi orgásmico Pedro San Ginés, que ha tenido mucho protagonismo y responsabilidad en que estas negociaciones se cerraran ocho días después de las elecciones y doce antes del pleno de constitución de los ayuntamientos. También se apreciaba tanto la apertura de CC a la izquierda, con el concejal electo José Montelongo, y Paca Toledo al lado, poniendo el son de la Agrupación Socialista de Lanzarote como la del PP a nuevos horizontes con la ex de Somos Eli Merino más sonriente que nunca con su nueva condición de edil electa.

Estaba, claro, Echedey, que, al parecer, no tendrá que abandonar el Ayuntamiento que presidirá el PP. Pero hay un olorcillo a “carne fiesta”, con esas noticias de que Astrid podría ser la próxima presidenta del Parlamento de Canarias, que abarrunta cambios, a pesar de la calma chicha que se imposta. Vi más cabizbajo a Jacobo Lemes que, aunque me dijo que se debía a que estaba cansado porque acababa de llegar de viaje, me temo que tiene que ver con que el PP le ha arrebatado las competencias de Policía, área que a él le gusta y en la que ha hecho una buena labor. También me sorprendió ver a María Jesús Tovar del “tingo al tango”, inexpresiva como casi siempre, a pesar de que está en las dos listas de PP, la número dos en el Ayuntamiento y la cuatro en el Cabildo. No sé para dónde tirará. Más dudas tengo si finalmente el tres es el uno, lo que la convertiría a ella en la que va después del tercero. O sea, la cuarta también. Aunque ya se sabe que la sarna con gusto no pica, y Tovar no quiere ser número uno de nada.

Quien no apareció por allí fue Kiko Aparicio, el gran perdedor del PP. Perdió votos, perdió concejales y no tiene gobierno en Tías. El hombre estaba en Tenerife, en los recuentos y escrutinios del voto extranjero para ver si encuentra esos votitos que le falta a Pancho Hernández para darle al PP el escaño que quiere quedarse Yoné Caraballo para Nueva Canarias y que vale una mayoría absoluta en el Parlamento de Canarias. Pero ya tiene la Consejería de Deportes y el sueldo correspondiente esperándole en el Cabildo. Todo el mundo sabe que Kiko lo más redondo que ha visto en su vida son las pelotas de gofio de las comilonas y que las únicas veces que se le ha visto correr ha sido para llegar el primero al reparto de carguitos y esas cosas, pero el hombre está convencido de que es un gran gestor deportivo. El mismo que para sacar a concurso la piscina de Tías construyó una salas de no sé qué y una cafetería y, al final, ni adjudicó la piscina ni esas obras nuevas y ahora tanto unas como otras están abandonadas y sin función que se conozca. ¡Todo un gran gestor, sí señor! Con él y con Vázquez, Oswaldo tendrá una ayuda inestimable. Menos mal que después están Jacobo Medina, que se volverá a poner el casco para ir de obras y carreteras, y Tovar, a los que les gusta trabajar.

Estuve sentado al lado de Dani Mesa, de Radio Faycan, y Paca Toledo,  a la que conozco desde los años noventa, cuando era concejala del PSOE en Tías, para seguir de lejos, detrás de las cámaras, el desarrollo de la rueda de prensa. Era el sitio perfecto. Lo suficientemente cerca para seguir sin problemas las intervenciones de las “superwoman” parlantes y lo suficientemente lejos para poder oír los cuchicheos de alrededor entre políticos de ambos partidos. Podría soltar alguno interesante. De esos que se sueltan cuando uno cree que no lo está oyendo nadie más que el receptor elegido. Pero me lo callo. No vayan a pensar algunos/algunas que quiero cargarme el pacto de Teguise, promovido por estos dos partidos pero pendiente de cerrarse con el tercero en discordia, uno de esos que bailan solos en el pleno y a los que les encantará cambiar la soledad de la oposición por la liberación y beato del cargo de concejal con tareas de gobierno. Está al caer. Pero tendrá que esperar hasta mañana.

Pues eso, hasta mañana ustedes también. Como ven, los pactos siempre son fuente de partos y abortos que nunca gustan del todo pero que siempre encuentran defensores y detractores. A los defensores ya los oímos este lunes. Los detractores tampoco se harán esperar. Lo de cada cuatro años. Lo bueno sería que funcionara y que nosotros, todos, lo pudiéramos disfrutar.

Comentarios  

#1 Así es 09-06-2023 12:38
Lo que me he reído, de lo más simpático. Empecé con la tabla de embutidos, qué gracioso.
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