Cualquier grupo político gobierna con el fin de mejorar la vida de la ciudadanía, o, al menos, eso creo. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre en otros países, en España las buenas noticias no pueden ser buenas noticias. Auspiciada por las tres derechas, la política nacional se ha acostumbrado a desarrollarse bajo un contexto de tensión permanente, descalificaciones y una absurda lucha para ver cuál de los tres lleva la bandera más grande en el pecho. Con la complicidad de algunos medios, tratan de solapar todo aquello que trate de borrar la imagen creada del "traidor de Sánchez".