Que Arrecife es un referente en la geografía del archipiélago nadie lo cuestiona, y que a nivel mundial esté considerado un paisaje singular y único merced a los caprichos de la naturaleza, tampoco. Por ello, el devolver a la capital, uno de los espacios más emblemáticos de su marina, el denominado islote de Fermina o Islote del Amor, a caballo entre la playa de El Reducto y el Parque Islas Canarias, ha sido una de mis máximas preocupaciones desde que llegué a la Alcaldía, pues considero que cuando se asumen responsabilidades políticas lo que prima es el interés común de los ciudadanos. En este sentido las administraciones implicadas hemos trabajado de forma conjunta y coordinada en beneficio de todos, para que la obra original de César Manrique pueda ser un referente más de la ciudad moderna que anhelamos.