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LA PANTOMIMA DE OSWALDO CON EL AGUA DE LA GRACIOSA

La actuación del alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, con respecto a la avería de la tubería de La Graciosa y la falta de suministro de agua potable ha sido tan lamentable que ha levantado ampollas tanto en ambientes políticos como entre los vecinos de la Octava Isla. Al ínclito no se le ha ocurrido otra cosa que intentar apuntarse el tanto de que se lleven las cubas a La Graciosa, cuando esa exigencia viene contemplada en el mismo contrato de adjudicación del servicio a Canal Gestión Lanzarote. Sin ir más lejos, la reacción de Canal de llevarse para la Octava isla la mayor cisterna que tiene en Lanzarote y empezar a distribuir agua entre los que lo necesiten, se debe a que así se lo exigió el propios Consorcio del Agua de Lanzarote en un duro escrito remitido por su consejero delegado, el socialista Andrés Stinga, ayer por la mañana.

Que Oswaldo llegue a colocar en el estado de su móvil, incluso, acompañado de una foto suya en pose de estar hablando por teléfono, que “Junto con Canal Gestión estamos trabajando en un plan de emergencia y poder abastecer de agua los vecinos de La Graciosa cuanto antes. He solicitado de nuevo este lunes que se convoque de manera urgente al Consorcio del Agua de Lanzarote ante la avería que está provocando una situación crítica para la Octava isla” es de traca. En fin, que el  todavía alcalde de Teguise y los islotes confunde el ajedrez con el parchís. Lo que él considera una jugada maestra no es más que la maniobra del juego de los cuatro colores de matar una y contar veinte. Jugar con la necesidad de los vecinos de esta forma es vergonzoso. ¡Patético!  

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