LANZAROTE LOVES THE BRITISH

Nunca antes había sido tan necesaria una campaña en el Reino Unido como ahora. La torpeza de la presidenta del Cabildo de Lanzarote, María Dolores Corujo, al querer meter el debate turístico en la campaña electoral, posicionándose del lado de los que consideran que la isla está saturada turísticamente, sin tener en cuenta las consecuencias que ello podía tener en el sector, ha provocado una reacción contraproducente por parte de los periódicos y operadores turísticos del Reino Unido.

El tema no es baladí. Estamos hablando del principal país emisor de turistas a Lanzarote, representando casi la mitad de todos los que llegan a la isla. Uno de cada dos turistas que disfrutan sus vacaciones en Lanzarote son británicos. Y no es cosa nueva, ha sido así durante los últimos 30 años. Demasiado tiempo de relación como para no pensar en ellos antes de hablar del turismo. Los británicos han sostenido el sector turístico en Lanzarote durante todo este tiempo, siguiendo aquí cuando los alemanes empezaron a preferir Gran Canaria o Fuerteventura en detrimento de Lanzarote, que, al igual que Tenerife, tienen en el Reino Unido su principal emisor de turistas.

Lo obvio no hay que explicarlo. Y lo que toca ahora en convertir una debilidad en fortaleza. Lanzarote es noticia estos días en su principal país emisor porque consideran que no se les valora y se le denigra en uno de sus destinos turísticos preferidos en Canarias. Pues es el momento que la SPEL, el brazo promotor turístico de la isla, aproveche la oportunidad para hacerles llegar un mensaje positivo, ilusionante. No podemos mantener nuestros niveles económicos actuales sin los ingleses. Y no estaría de más que ellos lo supieran. Una agresiva y sencilla campaña de marketing turística no vendría ahora nada mal. Un mensaje en los principales medios de comunicación y soportes en Londres como “Lanzarote loves the british” seguro que ayudaba a calmar los ánimos tanto en el Reino Unido como aquí en el sector. Es sencillo. Y se debería hacer.