“ADVERTENCIA” INFANTIL DE LOLI A OSWALDO PORQUE LE ESTÁ HACIENDO “PUPA”

La lectura que hizo ayer Loli Corujo,  en rueda de prensa, de la cartilla del día que le prepararon sus asesores, rayaba lo ridículo para entroncar con lo esperpéntico. Como si se tratara de una “batalla de gallos” en un recreo de Primaria, trataba la campaña de su rival de “sucia y rastrera” y le conminaba  “a que ponga fin a esta infamia y le advierto que quien ensucia la campaña con métodos que podrían ser tildados de mafiosos tratando de alterar el resultado electoral no merece dirigir los destinos de esta tierra”.

Realmente sorprendente.

En esta ocasión, la presidenta no disimuló nada que tenía que limitarse a leer un texto que era una declaración de guerra sin límites, insultos y comprometiendo la honorabilidad de terceras personas para intentar manchar a todo aquel que no esté bajo su paraguas. Y una amenaza clara para intimidar al candidato de CC Oswaldo Betancort. Posiblemente piensen que si CC  fue rápido a hacer las paces con su “brazo mediático”, cómo no iba a ceder ante la todopoderosa que mueve los hilos con la ayuda de sus queridísimos asesores.

La pregunta del millón es si lo electores prefieren reelegir a alguien que basa su éxito en destrozar a los rivales y no en vender su gestión. Si los vota para seguir en estas guerras o busca, con el voto, a alguien que les solucione los problemas que se agravan año tras año. Una presidente que está más preocupada por si le denuncian si ha conducido o no ebria que por garantizar el desarrollo equilibrado de la isla no está dejando la mejor imagen.

El querer convertir la gestión pública en una batalla de gallos ha cansado a la gente de la isla en estos cuatro años: más cuando se cambia al candidato nacionalista rival por otro más dado al consenso y a la gestión que al conflicto. Además, ninguna buena fiesta comienza con fuegos artificiales. Normalmente se guardan para clausurarlas, cuando haya algo realmente que celebrar, como los resultados electorales. Aunque, algunos, quieren quemar toda la traca antes del domingo. ¡Caiga quién caiga! No parece muy democrático ni muy respetuoso. Y la pena es que arrastran a un montón de socialistas de buena fe, y larga militancia, a comportamientos más propios de Vox que de los que se autodenominan progresistas.