LITO GUILLÉN, LA DESPEDIDA DE UN LÍDER DEL TAXI

El fallecimiento de Manuel Guillén, conocido como Lito Guillén, presidente de la cooperativa de taxistas de Arrecife, deja al sector sin su líder carismático. Guillén se puso como objetivo defender los intereses de los taxistas de Arrecife y mejorar sus condiciones de vida afrontando la actividad como un colectivo fuerte, capaz de actuar de forma coordinada para abaratar sus costes y negociar sus condiciones con los políticos sin complejos. Si el sector del taxi no funciona en Arrecife  ni en Lanzarote como debiera se explica, fundamentalmente, porque nunca ha habido, defendiendo los derechos de los usuarios, ni en el Cabildo ni en el Ayuntamiento, nadie que se lo tomara tan en serio, con tanta entrega y tanto tesón como se tomó Guillén la defensa de los taxistas.  Si hubiese sido así, hoy tendríamos un buen servicio del taxi con unas buenas condiciones de trabajo para los taxistas.

  El presidente del Cabildo de Lanzarote Oswaldo Betancort, en una vuelta más de la retórica que le caracteriza y tan propia de la hipérbole de los funerales, le reconoció  que "su compromiso y esfuerzo fueron fundamentales para mejorar el servicio de taxi en Lanzarote, siempre con la intención de ofrecer un servicio de calidad a residentes y visitantes". El objetivo de mejorar el servicio del taxi es obligación de las administraciones que dan las licencias y regulan la prestación. El representante de los taxistas lo que busca es que los profesionales lo hagan con la mejor calidad de vida posible y salvaguardando sus derechos. Y a eso consagró su tarea Lito Guillén. La pena es que nunca encontrara en frente a alguien que fuera a negociar con el verdadero propósito de mejorar el servicio para los usuarios. De haber existido ese interlocutor, con la misma garra, seriedad y conciencia que tenía Lito con los taxistas, que estuviera igual de comprometido con los usuarios, posiblemente tendríamos un sector del taxi ejemplar.

Los taxistas tardarán en tener un líder como Manuel Guillén, comprometido con ellos, con un amplio nivel relacional y dispuesto tanto a reunirse con quien fuera como a discutir en un medio de comunicación lo que fuera necesario para defender a su familia taxista. Él se fue, pero su ejemplo queda.