PUBLICIDAD

El justificante del voto

El procedimiento mediante el cual se someten a votación popular leyes o decisiones políticas con carácter decisorio o consultivo, conocido como referéndum, tiene diferentes componentes a tener en cuenta. En primer lugar, es importante destacar que los referéndums pueden ser obligatorios o voluntarios, y en España se consideran consultivos, ya que los resultados deben ser refrendados por el jefe del Estado, el rey. Además, se garantiza que el voto se realice de manera libre, en secreto y se contempla el derecho a la abstención.

Hace ya 76 años desde que se llevó a cabo el primer referéndum durante la dictadura franquista. El referéndum sobre la Ley de Sucesión de 1947, aunque seguramente estuvo plagado de carencias y manipulación por parte del régimen, fue un gesto crucial que estableció el Estado como un reino, con Franco como jefe vitalicio y con la facultad de elegir a su sucesor.

Oficialmente, el 93 % votó a favor, pero es relevante tener en cuenta que cualquier disidencia contraria al régimen fue silenciada, tanto de forma brutal bajo el nacionalcatolicismo, como a través de medidas de presión que cuestionaban la libertad del referéndum. Se coaccionó a la población con la retirada de la cartilla de racionamiento para aquellos que no votaran, se exigía un justificante a los pequeños comerciantes para obtener suministros y a los obreros para cobrar su salario semanal. Todo esto, según María José Collantes de Terán de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

Ahora bien, hablemos de los justificantes. Hoy en día, la ley obliga a los empleadores a otorgar permiso a los trabajadores que deseen votar, pero también establece contraprestaciones para aquellos que no alteren su horario laboral y voten fuera de su jornada. Además, se permite al empleador solicitar un justificante a aquellos que abandonen su trabajo para ejercer su derecho, lo cual puede parecer lógico. Sin embargo, ¿qué ocurre con aquellos que votan fuera de su turno? ¿Por qué se les pide un justificante? ¿Acaso se anula el derecho a la abstención y el referéndum libre se convierte en obligatorio? Parece ser que sí.

Es lamentable que las empresas aprovechen esta laguna legal para actuar de esta manera, ya que no se contempla el derecho a la abstención. Pero lo peor de todo es que no existe un sindicato capaz de denunciar esta situación, por miedo a ser tachado de abstencionista y considerado enemigo del poder político. Tampoco ningún partido u organización política está dispuesto a hacerlo, porque iría en contra de sus propios intereses. Incluso acudir a la Junta Electoral resulta inútil, pues hacen oídos sordos a aquellos que les planteamos este caso.

Por lo tanto, es importante reflexionar sobre cómo han cambiado los referéndums en España a lo largo del tiempo. ¿Cuánta modernidad hay en el sistema electoral? Pero, cuánta farsa en cuanto a las libertades.

Desde muy joven me convertí en un animal político y, con el paso del tiempo, en lugar de sentir los miedos propios de la edad, cada vez me invade más la rabia y el desencanto. Aunque nunca he sido abstencionista ni lo soy, pues comprendo la inutilidad de la abstención en estos sistemas electorales, ahora me siento alejado de la izquierda políticamente correcta y, por supuesto, de cualquier derecha. Me río de aquellos que se autodenominan progresistas y me considero antisistema sin necesidad de que un reyecito convierta mis ideas por fin en «vinculantes» o que alguien las etiquete bajo conceptos medievales. Si ellos me clasifican, yo mismo me descalifico. Seguiré buscando una urna para expresarme en secreto, no como lo hago en estas líneas: abiertamente, sin tapujos y sin pedir justificante. Mi visión politizada no acepta las fronteras impuestas por los apestosos intereses de la política actual y sus patrocinadores.

Aún nos queda mucho camino por recorrer y la historia pasará factura otra vez, colocando a cada uno en su lugar. Entonces, les será difícil justificar muchas posturas y, seguramente, hasta los más progres de hoy serán mañana unos carcas que violaban una vez tras otra las libertades de sus conciudadanos.

Pedro M. González Cánovas

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar