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Árbitros, responsabilidad y reglamento

 

Hay profesiones o actividades que son muy difíciles de llevar. Todos somos conscientes de la importancia de su existencia pero muy rara vez aceptamos cualquier otro resultado que no sea el que nos da la victoria o la razón. ¿Entenderíamos una luchada sin árbitros, sin jueces neutrales y honestos que nos digan quién ha caído? Yo, personalmente, no. Aunque tampoco entiendo como no se extinguen definitivamente con lo mal que son tratados semana tras semana en los terreros, con gritos variopintos, muchos ellos sin demasiado sentido, cargados de desconocimiento y llenos de pasión mal encauzada.

Si no es la afición de un equipo, será la del otro con toda seguridad. Siempre reciben gritos injustos, menosprecio y ataques. Solo unas pocas veces se equivocan. Unos más que otros, porque en el arbitraje, como en la viña del señor, hay de todo. Aunque quiero poner en valor que todos me parecen honestos. Que no pitan a favor o en contra por razones personales, por fobias o antipatías personales. Que se equivocan, porque es difícil ver siempre lo que pasa en décimas de segundos, cuando, a veces, son milímetros lo que diferencia la distancia con el suelo de uno u otro luchador. No es fácil, reconozcámoslo. Ni siquiera dos aficionados sentados juntos ven siempre lo mismo. Y menos aceptan como bueno lo mismo.

Sin árbitro no hay luchada. Así que empecemos a protegerlos. Como tampoco debería haber luchada sin ambulancia o fuerzas de seguridad, para garantizar la salud de los luchadores y la tranquilidad de los árbitros. Debo reconocer que los árbitros no pitan peor que antes. En cambio, sí veo una afición más gritona, menos entendida y más pasional. Seguro que es otra de esas cosas que hemos copiado de otros deportes. Y es que hay gente, que si fuera por ella, copiaría todo lo de otros deportes para cambiar la lucha canaria. Y me sorprende mucho esta actitud. Si les gustan tanto los otros deportes, ¿por qué no se van a las canchas donde se practican y nos dejan a nosotros en paz con nuestra lucha canaria de toda la vida y todos los canarios? No les gusta que les den dinero a los luchadores, no les gusta la lucha corrida, no les gusta que se respeten las tradiciones, no les gusta qué sé yo. Si precisamente esa es la esencia de la lucha canaria, los valores que han empapado el terrero con el sudor y las historias de nuestra gente.

Hay que modernizar el deporte, claro. Y aprovecharnos de la tecnología, pero no para insultar mejor al árbitro o intentar amedrentarlo con nuestros gritos para que no pite lo que dice el reglamento, que a veces desconocen los nuevos aficionados. Para todo lo contrario. Se está tardando en poner el “VAR”, que no es más que un par de cámaras básicas y un monitor, para garantizar quién cayó. Y también una pantalla gigante, donde no solo se vean las repeticiones de las agarradas en los tiempos muertos y toda la lucha, con sonido inteligible, sino también para explicar el reglamento en caso de dudas, haciendo referencia a los artículos convenidos. Podemos superar la ignorancia de muchos, apostando por imponer la verdad y hacer conocer los cambios.

Muchas veces, el árbitro pita correctamente las reglas, que no son aceptadas por absurdas o por ineficaces. En ese caso, la culpa es de quienes hacen reglamentos sinsentido y no de los árbitros que intentan aplicarlos correctamente. Estoy convencido que no tenemos malos árbitros, no pienso lo mismo de muchas de las normas que se han impuesto para  animar a los luchadores a luchar. Les han reducido el tiempo de brega y les eliminan cuando acumulan tres faltas en una agarrada  o cuatro en el enfrentamiento total entre las parejas de luchadores. No hace falta ser muy listo para saber que eso beneficia más al poderoso, al que no quiere luchar, al experto en no luchar, que al estilista. Llevamos años viendo que este sistema no funciona. Que además es un sistema inventado, que nada tiene que ver con los orígenes de la lucha. Y que ha empeorado el espectáculo luchístico.

 ¿Lo cambiamos o nos seguimos conformando con insultar al árbitro que solo lo aplica? Ustedes dirán, yo más claro no puedo decirlo. Y más alto tampoco.

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