Astrid tiene razón
- MANUEL GARCÍA DÉNIZ
No han sido días fáciles para Astrid Pérez. Ni con el baño de multitudes que quiso darse en el acto de la llegada de la Virgen de Los Dolores a Arrecife ni con pala en mano (todo el mundo sabe que ella se desenvuelve mejor con el pico) en la puesta de la primera piedra, en la construcción de viviendas protegidas, consiguió rebajarse los sofocos que tiene actualmente. Por una parte, la prensa sigue interesada en saber cuánto gana la presidenta del Parlamento de Canarias, refugio de setenta privilegiados que se ponen su propio sueldo y no escatiman en subírselo cuando les plazca. Tampoco está la prensa canariona y tinerfeña muy contenta con el reparto publicitario que hace la presidenta del PP de Lanzarote. Hasta su admirado columnista Alfonso González Jerez, un “pata negra” del periodismo parlamentario, al que ella coloca, junto conmigo (SIC), entre los mejores de Canarias, ha tenido el detalle de dedicarle un artículo donde le toca todos su puntos calientes ( políticos, “off course”).
Por otra, está completamente nerviosa porque ve que el PP en Lanzarote funciona mejor con ella fuera de la isla que cuando ella estaba todo el día dando órdenes a diestro y más diestro. Quizás ahora empiece a darse cuenta por qué es la presidenta del Parlamento de Canarias y por qué Manuel Domínguez, su presidente regional, le animó tanto a que hiciera caso a Echedey Eugenio y se fuera de la isla, aunque fuera de presidenta. Pero lejos, para ver cómo caminaban los chicos solos.
Y tiene Astrid toda la razón de estar nerviosa si su objetivo era que los lanzaroteños siguieran viéndola como la única referencia de la derecha insular. A su poca mano izquierda (Astrid tiene dos derechas, y “a mucha honra”) en la gestión del personal con el que trabaja, al que despide con la misma frescura que saluda a los amigos, y a los propios afiliados, a los que echa con igual soltura desde que ve que crecen o se multiplican ganando protagonismo frente a ella. Astrid ha dejado mucho cadáver político en estos 16 años de liderazgo en Lanzarote. Y parece que estos días, entre el Halloween, la Bajada de la Virgen y el Puente de la Inmaculada, han aprovechado para despertarse y están de zombis esperando a ver qué pasa. Si el presidente sirio Al Asad cayó en apenas dos semanas de marcha triunfal de sus opositores, la buena de Astrid puede caer también después de que fuera elegida en 2008, como gran alternativa del PP y su apuesta por la implantación del partido.
Las cosas de la vida y la política. Precisamente ahora de lo que se trata en el PP es aprovechar su situación para implantar el partido y colocarlo entre los grandes de Lanzarote. Que deje de ser un partido bisagra y aspire a liderar la política insular, dando más votos para el Cabildo y para el Parlamento, lo que significarían opciones de presidir el Cabildo y de aumentar el número de parlamentarios donde Astrid ha estado muy contenta conservando en los últimos años su único sillón. Para eso, es necesario que el partido deje de ser el juguete de Astrid y se convierta en el PP de Lanzarote, dando juego a más gente, potenciando a un alcalde de Arrecife, que ha sido la gran sorpresa de este mandato, y a un vicepresidente que tiene formación, experiencia y voluntad para ser algo más que “el chico para todo” de la jefa del partido.
También es imprescindible recuperar Tías, que se derrumba como un castillo de naipes sin que Quico Aparicio pueda apagar el fuego que más le atosiga. Gracias al apoyo casi unánime del Comité de Tías, Astrid pudo ser presidenta en 2008, donde Pancho Hernández puso toda su carne en el asador para que la joven (39 años) Astrid iniciara su periplo política que la ha llevado a ser vicepresidenta del Cabildo, parlamentaria, alcaldesa de Arrecife y parlamentaria todos estos años. Ahora, Pancho no la quiere ni ver. Tampoco cuenta con quien fue otra pieza clave en su ascenso político: Cándido Reguera, ya fallecido. Cándido y Pancho aguantaron muy bien las presiones del todopoderoso presidente regional de PP de aquellos años, José Manuel Soria, que apostó como nadie para que la abogada Astrid fuera derrotada por la economista Yolanda Perdomo, que en esos momentos tenía de consejera de Turismo en el Gobierno de Canarias. Fue una batalla dura, cruenta, fratricida, con dos mujeres al frente, y mil hombres detrás. Y la ganó.
Ahora, sin conseguir esa implantación prometida, se tiene que enfrentar a su propia herencia. Estos dieciséis años, han dado para mucho. Pero no para la prometida implantación. Ahora son menos en Tías, son menos en San Bartolomé, son nada en Haría y Tinajo y poca cosa en Teguise y Yaiza. Se les abre la oportunidad de empezar hacer realidad el sueño de Astrid: la implantación, crear un Partido Popular grande en Lanzarote. Pero ya se ha demostrado que no basta con “el ordeno y mando” de la imperial Astrid. O negocia una cosa nueva con su gente, y guarda la guadaña para los carnavales, o el susto o muerte se lo va a llevar ella. Si solo les da la opción del asalto de los cuarteles, lo harán. Ya son muchos años.
Un triunvirato no sería mala opción, ya lo practicó Roma en sus mejores momentos. Siempre le quedará María Jesús para compartir penas. Eso sí, que sea un día que no haya viaje programado con Gladys a Madrid, Bruselas o donde sea, que eso ella no se lo pierde por nada. Las “mejores amigas” siempre tiran más que las jefas.
Comentarios
Jacobo muerto políticamente
Y el alcalde de florero para jugar con los votos q Astrid espanta. Como hizo con Cándido y Pancho.
Nadie en el PP Sabe frenarla… y es insaciable.
Una pena pero Aa Jacobo ya le cortó la cabeza a la madre y ahora le toca a él: Oscar Luzardo; Joel delgado; Pancho; Dacil; Loly Luzardo a todos los apuñala y punto. Y nadie la frenará