¿NO SABE ÁNGEL VÁZQUEZ CALCULAR EL INCREMENTO PORCENTUAL DE LA SUMA DE LOS COSTES DESAGREGADOS?
- J.B.C.
Sorprende que el consejero delegado de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote (CACT), Ángel Vázquez, para justificar la subida de las entradas de los mismos utilice planteamientos que son fallos garrafales hasta para un niño de Primaria en las clases de Matemáticas. Todavía es peor cuando se trata de un hombre que presume de ser un buen gestor y acusa, seguramente con razón, al anterior consejero de ser un desastre. En su intervención en el programa “Buenos días, Lanzarote”, de Radio Lanzarote, decía que la decisión de la subida estaba justificada porque los costes de las mercaderías habían crecido un 15% y los costes del Personal otro 15% con lo que ya era un crecimiento del 30% de los costes. ¡Demencial!
Y se lo vamos a explicar con un ejemplito para que todos lo podamos entender. Imaginemos que los costes de producción total sean la suma de C1 más C2. En fórmula, costes totales = C1 + C2. Imaginemos que C1 sea igual a 100 euros y C2 es igual a 200 euros con los que la suma total es igual a 300 euros, que es el coste total. Si C1 se incrementa un 15% asciende a 115 euros. Si C2 sube un 15% se pone en 230. Con lo que la suma total es 230 + 115 que asciende a 345. Si pasa de 300 euros a 345 después de la subida, ¿cuál es el porcentaje de subida global de los costes con estos 45 euros de más? Pues efectivamente, un 15%. Solo un 15% no un 30%, como apuntaba erróneamente el consejero.
Posiblemente, el crecimiento de los costes globales sea mucho mayor a lo largo de estos años desde la última subida hasta ahora, pero la explicación del consejero ni se corresponde con las leyes básicas de las matemáticas ni con los costes reales de los CACT. Pero es que encima lo dice como si estuviera dando una cátedra de gestión. Además, la subida de los costes de los CACT no deben recaer exclusivamente en el precio de las entradas sino en cada uno de sus productos, tales como restauración y tiendas y entradas.
En fin, menos humos y más rigor, señor Vázquez.
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