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Hambre electoral

Candidatos de CC versus Dolores Corujo (PSOE), ventajas y desventajas (y V)

 

El hecho de que se hable de tres aspirantes para ser el candidato a la Presidencia del Cabildo de Lanzarote por Coalición Canaria está dinamizando a los nacionalistas estos días. Hasta que llegue el momento de la elección, se ve ya, y se seguirá viendo, una intensa actividad con reuniones de unos y otros para cerrar acuerdos e inclinar la balanza para uno u otro lado. Hasta después de las Fiestas de los Dolores, que es cuando empieza realmente el curso político en nuestra isla, ningún encuentro será casual, ni ninguna manifestación inocente. Todo apunta a que finalmente será el hasta ahora alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, el que se quede con la nominación, aunque podría ser bastante ajustada, por el esfuerzo que están haciendo los apoyos de Migdalia Machín por llevar la batalla a las puertas mismas de la reunión en la que se decide todo.

Las infinitas fugas que sufre la tubería submarina del suministro de agua a La Graciosa, que parece que está hecha de plastilina o más pasada que un pingüino en el desierto, han puesto a Oswaldo cara a cara con María Dolores, aunque ella ceda estos temas a su consejero de Presidencia y consejero delegado del Consorcio del Agua de Lanzarote, Andrés Stinga, que gana en actividad y vehemencia a medida que se agota el mandato.  

El tema de Canal Gestión Lanzarote ha estado encima de la mesa durante todo el mandato. El partido socialista, desde la campaña electoral de 2019, tiene entre ceja y ceja al concesionario del servicio de producción y distribución de aguas. A veces porque quiere cuestionar una de las decisiones más estratégicas del ex presidente y rival Pedro Sanginés y otras porque la situación de la producción y distribución del agua en Lanzarote dejó de avanzar para empantanarse con más pérdidas (de agua y de dinero) que nunca.

El agua se ha puesto de actualidad en todo el mundo por la pertinaz sequía que parece que nos espera, y muchos han empezado hablar de potabilizadores y desalinizadoras como las que llevan funcionando en Lanzarote desde hace más de sesenta años. Es paradójico que nosotros nos hayamos ahogado, por la mala cabeza de nuestros políticos, en algo en lo que somos unos verdaderos adelantados y deberíamos ser ejemplo del mundo de cómo un territorio pobre y seco se volvió desarrollado y sin problemas con el agua, transformando la insalubre del mar en agua potable. ¡Es que somos la leche!

El agua será también en Lanzarote debate de las próximas elecciones. Y Oswaldo tiene una buena oportunidad en la asamblea del Consorcio de este lunes, no solo de levantar la voz en nombre de los vecinos de su municipio que son residentes en La Graciosa, exigiendo que se garantice de forma inmediata, con la urgencia y emergencia necesarias, el suministro del agua a la Octava Isla, sino también colocar a la CC que él quiere liderar en el Cabildo en el mapa de las soluciones de esta isla. El pasar de puntillas sobre este tema capital solo hablaría de un precandidato que rehúye del cuerpo a cuerpo, esperando que los problemas se solucionen solos, y obviando que todo lo que se le aparezca en el camino hasta las elecciones de mayo de 2023 tiene que ver con esos comicios. Que cualquier olvido, que cualquier amago, que cualquier acción le puede dar o quitar apoyos para su objetivo de mover a María Dolores Corujo del despacho de la Presidencia y ocuparlo él, como sueña desde hace más de ocho años.  

La visión del agua y de las energías en La Graciosa se puede convertir en un reflejo de lo que se quiere hacer en Lanzarote y viceversa. Es realmente escandaloso que el gobierno del Cabildo Insular en estos años atrás, durante todo lo que va de este siglo, no haya transformado La Graciosa es un ejemplo de lo queremos para Lanzarote. Peor todavía, ha permitido que La Graciosa sea más insostenible que Lanzarote todavía.  Es realmente sangrante que se permitan los niveles de carga turística que sufre la Octava isla, que se deje que sus sistemas de suministro de agua y electricidad sean totalmente dependientes de Lanzarote y estén obsoletos. Da vergüenza ajena, y propia, ver como El Hierro, con más de diez mil habitantes, orográficamente más compleja y con mayor presión histórica que La Graciosa, supera a esta en todo lo que tenga que ver con sostenibilidad e independencia de agua y energía.

Con poco más de un millón de euros, La Graciosa podrías tener casi resuelto este problema. Con un molino y con placas solares quedaría cubierta la demanda privada y pública, incluida la de una pequeña potabilizadora, de energía de Caleta del Sebo y Pedro Barba, únicos dos núcleos poblacionales de esta isla de menos de 30 kms2 de superficie, que crece económicamente de espaldas a Lanzarote, pero absolutamente dependiente a Lanzarote. Una desaladora de 200.000 mil euros, 300.000 si queremos ir a mayor solvencia, resolvería el problema de la misma forma que están pidiendo en medio mundo, a medio plazo. Y sería mucho más rentable hasta para el Consorcio y el Canal, que ahora para hacer llegar un litro de agua a La Graciosa pierde por el camino litro y medio en situaciones de suministro normal. En los periodos de rotura, se pasa días perdiendo agua sin ser capaz de que llegue ni una gota a los vecinos de La Graciosa. ¡De locos!

  En esos embates del día a día, a los que se ve obligado a acudir por estar cumpliendo el último tramo de los 12 años de alcalde, Oswaldo Betancort se juega su credibilidad como opción para sustituir a Dolores Corujo. Están bien esos datos que hablan de su popularidad y el apoyo que arrastra, pero sin la suficiente habilidad de posicionarse mediáticamente con mensajes claros en los problemas reales de la isla, Dolores se lo come con papas (sancochadas, si quiere evitar el exceso de calorías de las fritas). Lo otro es poesía, que suena bien pero que no da de comer. Y eso es así, y no dejará de ser así ni diciéndolo yo. No hay sino que recordar cómo la propia María Dolores Corujo aprovechó su condición de alcaldesa de San Bartolomé para poner todas las piedras en el camino que pudo al proyecto de los molinos que iban en su territorio en Zonzamas. La actual presidenta, otrora alcaldesa, puso a San Bartolomé en la vanguardia de su guerra partidaria contra CC y el que era su líder, Pedro Manuel Sanginés, ¿Y dónde está María Dolores ahora? Pues a buen entendedor, pocas palabras bastan.

 

Oswaldo Betancort, si sus compañeros así lo estiman dentro de unas semanas, será candidato a la Presidencia del Cabildo mientras despacha como alcalde en Teguise. No será el primero que lo intente de esta manera. Dimas Martín, en el año 1991, conquistó la última mayoría absoluta que ha habido en el Cabildo, recorriendo todos los días los mismos cuartos y despachos que Oswaldo en Teguise. Y entre reunión y reunión municipal, le lanzaba un zambombazo diario o semanal al bueno de Nicolás de Paiz, que era el presidente en aquellos momentos, y encima lo había llevado en su lista como independiente cuatro años antes. Dimas Martín no tuvo en cuenta nada; ni amistad, ni nada. Era la guerra y hablaban los cañones y ganó.

Si a Oswaldo le gusta la estadística y la repetición de sucesos, aunque sean independientes, tiene razones para ser optimista. Los dos alcaldes que intentaron ser presidentes dejando de ser alcaldes, lo consiguieron. Es verdad que tanto Dimas Martin (PIL) como Dolores Corujo (PSOE)  lo intentaron a los 8 años de Alcaldía y él viene a intentarlo, porque no le dejaron antes, no vayan ustedes a creer otra cosa, a los 12 años, con la cosa un poco más pasadita. En el caso de Dolores, lo hizo dejando totalmente el ayuntamiento y poniéndose el manto protector de ir en la lista parlamentaria, para, si no salía, mantener abierta la puerta de otros ascensos fuera y no deprimirse en la oposición cabildicia.

Oswaldo parece que tiene clara esa misma opción de Dolores. Y si lo dejan, encabeza Cabildo pero yendo al Parlamento también, aunque, si fuera necesario, estaría dispuesto a no encabezar esta lista, e ir segundo, para coser el partido con alianzas duraderas. El caso de Dimas está muy lejos de sus opciones y de sus intenciones. Y es que Dimas, que entró en el Ayuntamiento de Teguise en 1983, y fue elegido alcalde, birlando un concejal al PSOE, que fue por primera y última vez la fuerza más votada, con mayoría absoluta en Teguise (¡ya hace 40 años!), era un líder incuestionable en esos momentos. Dimas Martín no solo fue candidato a la Presidencia del Cabildo por el PIL, el partido de los cuatro alcaldes, sino también cabeza de lista al parlamento y número dos al Ayuntamiento de Teguise, con un jovencísimo Juan Pedro Hernández como cabeza de lista a la Alcaldía. Y, además, era ya el senador de la isla desde 1989.     

 María Dolores Corujo Berriel (San Bartolomé, 45 años)  y Oswaldo Betancort García (Tahíche, 45 años) tienen la misma edad, llevan casi los mismos años en política y dan el salto al Cabildo, después de haber estado cuatro años en el Parlamento. Hay felices coincidencias. Pero, por el momento, Dolores lleva la ventaja de estar ya de presidenta, de saberse ya candidata y de estar al frente del partido que tiene que hacerle la lista y marcarle la hoja de ruta. Que es tanto como decir que tiene en sus manos todo lo necesario para combatir a gusto por la renovación del cargo. En cambio, Oswaldo tiene que estar, por ahora, más pendiente de lo que pasa dentro de su partido que fuera. Y eso también agota. Aunque el subidón que le dará el día que lo elijan, si finalmente es así, ayudará a acortar distancias. De todas formas, para su incomodidad, si no negocia un comité de campaña a su medida y lejos de la jerarquía del partido, va tener que aguantar que sean otros los que le digan qué hacer y cuándo en plena campaña. Y eso sí que desquicia de verdad.

 La suerte ya está echada. Coalición Canaria de Lanzarote ya dirá en menos de un mes si Oswaldo es el que saltará al terrero para intentar llevar a la arena a Dolores. PSOE versus CC, que decida el pueblo lanzaroteño.

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