Sobre la moda del lenguaje no sexista
- Jesús Manuel Díaz Lorente, licenciado en Filología Hispánica
Por razones de no discriminación de sexo, en la época de Zapatero se empieza a poner de moda el lenguaje no sexista, es decir, aquel que usa el masculino genérico para referirse al género masculino y femenino cuando se usa el plural. Entonces, se apuesta por desdobles que atentan contra el principio de economía lingüística o se opta por nombre colectivos como “los profesores y las profesoras del centro” o “profesorado del centro”. En este caso concreto sí que es posible recurrir a un nombre colectivo. Como es “profesorado”. Estas modas llevan a hacer auténticos 'malabarismos' gramaticales que producen un estilo cansino y tedioso cuando se lee o escucha un texto, que muchas veces es hasta ilegible por el uso de símbolos como la barra oblicua( los/las) o la arroba (l@s). Auténtico destrozo...
Las propias Administraciones públicas, como si fueran academias de la lengua, empezaron hace años a publicar sus guías y recomendaciones en relación con el lenguaje no sexista. Es cansino y tedioso, como dije antes, el leer boletines y otros documentos cuyo estilo se doblega ante la imposición ideológica. El lenguaje es algo neutro y ha de estar al margen de ideologías.
Nos inventamos discriminaciones donde no las hay. En España sacar las cosas de quicio se ha convertido en algo frecuente y se hace de manera interesada en muchas ocasiones. En el caso que estamos tratando se alegan falsas razones de discriminación y se opta por crear un lenguaje artificial saltándose a la torera todas las recomendaciones de la Real Academia Española de la Lengua.
Sería recomendable para el que quiera utilizar este tipo de lenguaje artificial que usara el desdoble al principio de un texto y seguir con el masculino genérico, con la intención de respetar el principio de economía lingüística y hacer menos tediosa la lectura del mismo.
En relación con esto, no hemos de olvidar que cada día hay más ponentes y redactores de escritos de diversa índole que optan por el masculino genérico añadiendo al principio o al final de las presentaciones o textos que con este masculino no pretenden discriminar a nadie y,además, se ajustan a la economía lingüística.
Jesús Manuel Díaz Lorente, licenciado en Filología Hispánica