El motor de Lanzarote, parado
- MANUEL GARCÍA DÉNIZ
En un desayuno con gente de Lanzarote se palpa esa realidad que no trasciende para el político.
La reacción del actual grupo de gobierno del Cabildo, con el desorientado Oswaldo Betancort como presidente, ante la falta de una política seria frente al deterioro de las infraestructuras hidráulicas y la puesta en marcha de una energía alternativa responsable, es un ejemplo más de sus conocidas y temidas carencias. Van de error tras error, mientras se escudan en fotos y vídeos de contactos banales con sectores poblacionales más unidos a la fiesta y al hedonismo que al trabajo serio por poner Lanzarote donde se merece. Y también en el ataque al pasado, con powerpoint incluidos, en ruedas de prensa donde se entretiene a la población con gráficas del pasado, en lugar de con planes de futuro. Y ya van seis meses de gobierno.
Mientras el presidente y sus enchufados, escogidos por proximidad orgánica y de amistad (la jefa de gabinete, la “mejor” amiga, y, de ahí para abajo, el resto de los cargos de libre designación), se dedican a criticar al gobierno pasado, el Cabildo paga todos los meses 40.000 euros por tener almacenados los aerogeneradores en el Puerto de Arrecife. Mientras el presidente y su jauría crean que criticando a los socialistas solventan su problema, el Cabildo seguirá derrochando 40.000 euros cada mes por mantener alojados en el Puerto lo que deberían tener produciendo energía eólica en San Bartolomé, al lado de los 8 molinos restantes, que tampoco se mueven como deben por problemas burocráticos. Y no hablemos del estado del Parque Eólico de Los Valles, casi sin producción.
Y, ante eso, la reacción es atacar a los socialistas. Quitarse la responsabilidad de arriba, mientras cobran, y mucho, por ser los representantes populares que tienen que solucionar esos problemas. ¡Demencial! Y llegará febrero, y serán 40.000 euros más que se tiran. Y llegará marzo, y otros 40.000. Lo denunciamos en este periódico hace unas semanas, lo tenían muy bien calladito mientras pagaban religiosamente el gasto. Y siguen sin querer dedicarle el tiempo que lleva el asunto, ni ponerlo en manos de gente que sepa. Prefieren engolosinarnos con Saboreas al millón de euros y subvenciones para las cositas de andar por casa, de andar por el carnaval, o de andar por los clubes deportivos y asociaciones culturales y sociales. Lo fácil: regalar el dinero público y hacerse la fotito. La alegría inmediata y coartadora de un futuro mejor.
El nivel de ignorancia que impregna este gobierno se aprecia, en su grado sumo, cuando se observa la “perfomance” de la “mejor” amiga de Oswaldo en el programa “Café de Periodistas”, de Lancelot Televisión, en sus tareas de jefa de gabinete, aunque realmente esté inhabilitada para ejercer cargo público por sentencias del TSJC y TS por la comisión de delitos propios de la corrupción cuando fue alcaldesa de Yaiza. Como si se tratara de un tablao flamenco, los periodistas del día del programa “aplauden” las ocurrencias y vulgaridades de Gladys Acuña como si fuera la Lola Flores en su etapa más casposa. Y ya se decía que Lola ni sabía cantar, ni bailar, ni “naa”. Pero que tenía un salero que ni “pa qué”. Y en eso está Gladys. Que ya demostró cómo acabaron sus pinitos en la política, y ahora demuestra que ella no va ayudar a que se haga una buena gestión en el Cabildo pero que la hará más divertida.
Hasta tal punto llega la ignorancia del Cabildo, que llegó a decir que Inalsa era una empresa que dependía directamente del Cabildo, mientras que el Consorcio sí era de los ayuntamientos y del Cabildo. Y que por eso debería ser el Consorcio y no Inalsa quién tuviera los dineros y gestión de los parques eólicos. Cualquier concejal de pueblo, con más de veinte años de edil, debería saber que Inalsa y el Consorcio son ambos controlados por el Cabildo. Pero, precisamente, la vinculación del Cabildo con el Consorcio es directa, tiene el 60% de su capital, mientras que en Inalsa es de forma indirecta, ya que Inalsa es precisamente propiedad del Consorcio. Hay muchas razones para desconfiar de Inalsa, en el pasado, por lo que pasó, y en el presente por los tiburones que han desembarcado, pero nada que ver con lo que dice alguien que cree que los problemas serios se solucionan tratándolos a la broma y dándole abrazos y besos a los afectados de forma tramposa.
El turismo en Lanzarote no pudo desarrollarse hasta que se arreglaron los problemas del agua, de la mano de los hermanos Díaz Rijo, y se consiguió aumentar la producción eléctrica. Hoy en día, estamos ante los mismos déficits por las exigencias propias y las del cambio climático. Se necesita concentrar talento para afrontarlo y decisión política. Pero no se hace nada. Hasta el punto que una misma persona, Domingo Cejas solito, está al frente del agua, la energía, los residuos y el transporte público en unos momentos de especial demanda de todos y cada uno de ellos. Nada que decir sobre su calidad humana pero, evidentemente, ni él ni nadie puede concentrar todo ese esfuerzo y trabajo con la misma inspiración que si se hubiesen contratado como consejeros no electos a dos personas de recorrido en esos sectores para afrontar ese reto. Pero se prefirió usar esas figuras para nombrar a un consejero de Deportes y a otra de Mayores, porque les interesó más darles cobijo a los amigos en un puesto que apostar, de forma seria, por resolver los problemas reales.
No tienen el mínimo interés en solventar ningún problema real. Les basta con decir que los socialistas también lo hicieron “requetemal”, como si les hubiésemos votado para examinar y condenar a los anteriores gobernantes y no para solucionar los problemas reales. Los que yo veo que tiene la gente cada vez que hablo con personas de cualquier sector, de cualquier clase, como en los desayunos que comparto con personas de toda la vida de esta isla. Precisamente, a los gobernantes anteriores se les quitó, aunque fuera por apenas 69 votos (las golosinas todavía engañan mucho al cerebro), porque no afrontaron esos problemas que ahora también ellos se resisten a solucionar. Ya están con las manos llenas de golosinas y dispuestos a engatusar a todo el que se preste para ver si así pueden seguir en el machito sin hacer nada.
No quiero que quede la menor duda de que se lo hemos dicho. Que hagan lo que quieran. Pero que no cuenten con mi complicidad para no hacer nada. ¡Ni hablar!