En nombre de Jesús
- MANUEL GARCÍA DÉNIZ
Fue en la radio. En el tour mediático que se auto adjudicó después de la sesión plenaria en la que tuvo su primer debate con la expresidenta del Cabildo de Lanzarote a cuentas de la "isla saturada turísticamente". Quería posicionar su versión, antes de que a alguien se le ocurra convocarle una manifestación delante de las puertas del Cabildo para que deje de tener la fiesta como bandera y afronte con seriedad los problemas graves que tiene esta islita nuestra. Al director del programa de marras no se le ocurrió otra cosa que preguntarle por sus consejeros, poniendo sobre la mesa el nombre de Jesús Alexander Machín, el número dos de su lista electoral. Y, entonces, el presidente jugó a hablar bien pero a tratarlo como si fuera un juvenil que juega de forma excepcional en categoría senior. Incluso lo emparejó con la consejera Aroa Revelo Betancort, para decir que son la sangre joven que anima al resto del grupo de gobierno.
Y se equivoca Oswaldo Betancort si cree que está ante un alevín, ante un político sin talla todavía para ocupar puestos de primer orden. Se equivoca de plano si piensa eso. De hecho, Jesús Alexander ya tiene licencia para triunfar en política.
A nadie se le escapa que Jesús Alexander ocupó el número dos de la lista al Cabildo en contra de la voluntad de Oswaldo, que siempre dijo que su número dos sería Miguel Angel Jiménez, su compañero de máxima confianza en sus doce años de alcalde en Teguise. Pero lo aceptó sin rechistar porque sabía que era una batalla perdida y porque no quería tener a la “saga Machín” en contra y poder consolidar su candidatura. Tampoco quería a Samuel Martín, colocado finalmente en el número 8, puesto último de los consejeros nacionalistas electos. Curiosamente, no quería llevar a los dos consejeros nacionalistas que gozan de mejor imagen, junto con Marciano Acuña, que fue aceptado de buen grado por Oswaldo cuando se le propuso por sus asesores. Pensaba que era un hombre de Pedro San Ginés, pero nunca dudó ni de su idoneidad ni de su capacidad para atraer a los votantes vinculados al tercer sector en Lanzarote. Algún día tendré que hablar de las personas que querían llevar en la lista tanto Oswaldo como Gladys, la persona más cercana a Oswaldo y la que me hizo la mejor definición de su personalidad. Algún día, seguramente más pronto que tarde, hablaré de aquella gente que se quedó fuera y de esa definición tan precisa hecha hace un año justo (había una luchada de mujeres en Uga por el Día de la Mujer), al borde de una piscina cuando ella creyó que su amigo del alma la había abandonado para obtener su primer Óscar a cambio de unos votos.
Aunque Oswaldo le dejó fuera del Consejo de Gobierno, órgano colegiado donde se aprueban la mayoría de los temas en el Cabildo, Jesús Alexander gana protagonismo cada vez que tiene opción de participar en el pleno. Se nota la experiencia que obtuvo de diputado en el Parlamento en el mandato pasado. Y que se preparaba los temas personalmente y no iba sólo a leer allí lo que le preparaba Gladys en el Complejo Agroindustrial, como hacía el propio Oswaldo. Mientras Oswaldo leía mal un rollo que no conocía bien, Jesús exponía con solvencia los temas que traía más que trillados porque se dedicaba exclusivamente a eso mientras su actual presidente estaba con dos manos en Teguise, las posaderas en Binter y la mente en las Islas Verdes. En esta legislatura, los socialistas ya le acusan de copiar sus PNL directamente, dando la imagen de estar más interesado en saber cuánto cuesta el combustible en La Gomera que en Lanzarote.
Y ya se sabe que de lo que se come se cría. Así ahora Oswaldo sigue leyendo en el pleno del Cabildo lo que Gladys le apunta mientras que Jesús llega al plenario y con absoluta naturalidad, aplomo y coherencia desmonta el discurso de la socialista Ariagona González, que debería abandonar su tono chillón por otro más eficaz.
Por preparación, experiencia, procedencia y actitud, que Oswaldo considere a Jesús un alevín de la política solo demuestra, una vez más, la visión fragilona y frívola que él tiene de la política. Posiblemente, empiece a darse cuenta que Jesús será del Califa hasta que sea el Califa cuando le demuestre que el heredero de su hermana Migdalia como secretaria insular estará dentro de la saga familiar. Efectivamente, si la saga quiere y el Arrecife de Echedey Eugenio hace palanca, el presidente del Cabildo tendrá que ir a despachar los temas del Consejo de Gobierno en el despacho del consejero Ordenación del Territorio, Política Territorial, Ordenación Turística, Actividades Clasificadas y Cultura (Escuela Insular de Música). A la sazón, presumible nuevo secretario insular de CC Lanzarote desde que le den la oportunidad y su hermana quiera irse. A Oswaldo le gusta decir que a él no le quieren dentro de CC. Y tiene él toda la razón y los afiliados muchos motivos para que sea así. Pero todavía quieren menos a Gladys, que no le ha importado cercenar los objetivos de CC en beneficio de sus intereses personales.
En la partida definitiva, el que tiene los triunfos, los utiliza. Pasa en cualquier partida, ya sea al envite, al mus, a la brisca o a la política. El envío ya está echado. ¡Envíííííío, Oswaldo fuera!