Un beso, Flora, querida hermana
Otra vez este dolor inmenso. Se cae otra estrella de nuestra constelación familiar. Me duele la espalda, me duele el pecho, pero, sobre todo, me duele tu ausencia. Siempre he vivido con la carga de ser el décimo de una familia de once hermanos, sufriendo porque me temía que tendría que despedirme de todos los precedentes si se respetaba en la ida el orden de la llegada. Lloraba a veces imaginándome momentos como el de hoy, o como el de hace 38 años, cuando nos dejó también nuestra hermana Carmen y yo apenas tenía quince años. ¡Qué difícil es despedirse cuándo se van para siempre!
- Escrito por MANUEL GARCÍA DÉNIZ