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¿YA ESTÁ ENDIOSADO JACOBO MEDINA?

No es raro que la gente toque poder y se transforme rápidamente en otra cosa. Que dejen enseguida atrás los valores que tenían y se embarquen entusiasmados en la nave del poder.

Algunos no tienen que dejar atrás valores porque nunca los han tenido y ellos sólo quieren seguir trincando como siempre de aquí y de allí, ya sea sueldo, ya sea dieta, ya sea comisión, ya sea lo que sea, siempre que sea “trincar”. Pero no es este el caso de Jacobo Medina, nos parece a nosotros.

El joven abogado popular, que está llamado a hacer grandes cosas en la política insular, con poca experiencia todavía en el gobierno, quiere hacer cosas y, obviamente destacar políticamente. Está ilusionado con el trabajo y alucinando con las posibilidades que tiene. Pero quizás ha empezado demasiado pronto con el cuento de la lechera. “Ahora digo que voy a hacer eso, después digo que voy hacer lo otro; hoy me voy a Tías, mañana a Haría; y que no falte mi fotógrafo de cabecera que para eso el Cabildo le paga una buena pasta” parece ser el cantar de Jacobo, que ya parece que ha descubierto la oposición, que le recrimina que en lugar de poner en marcha los procedimientos administrativos para que se ejecuten las obras, se dedica a ir de un sitio a otro de la isla con el proyecto bajo el brazo para el “click, click, click” del fotógrafo y, al parecer, se le olvida trabajar en la oficina técnica y en contratación para sacarlos para delante. La oposición ya se sabe, como nosotros, todo es criticar. Pero, y el gobierno, ¿todo es “click, click, click”?

Es verdad que el hombre le ha cogido el gustito a la foto y encima como es tan fotogénico pues queda hasta bien. “Guapo que es uno”, dirá él y no le falta razón al buen mocetón.  Y eso gusta. A él, claro. Pero tampoco hay que exagerar que eso mismo lo están haciendo todos. Si fuera Jacobo el único que dedicara el tiempo que le pagamos por gobernar con más de 55.000 euros anuales a  hacerse fotos, la isla estaría perfecta. Pero eso de la fotografía ni es nuevo, ni se reduce al vicepresidente primero. Aunque en lo que sí demostró un tanto de soberbia fue con el tema de los trabajadores de los márgenes de carreteras, achacando a los chicos de CC que fueran los únicos en utilizarlos políticamente. Y eso no es así. El primero en utilizar a esos trabajadores políticamente fue el propio Jacobo, que no dudó en sacarles fotos por delante y por detrás mientras se reunía con ellos para darle una solución a su problema. ¿Era imprescindible mandar una foto de la reunión con unos trabajadores a la prensa? ¿Era necesario para culminar el procedimiento administrativo donde se recogiera la resolución del problema de estos trabajadores de una concesionaria finalmente subrogados provisionalmente por el Cabildo? Si estamos de acuerdo en que ni era imprescindible ni necesario, ¿para qué se hicieron? ¡Pues eso, para fardar, pues ya está! ¿Entonces para qué esas salidas de tono para culpar a los demás de hacer lo mismo que hace uno?

En fin, que se endiose cada uno todo lo que quiera, pero que no esperen que les vamos a ir a rezar piadosamente. Preferimos, sinceramente, el sermón recordando las buenas maneras, el reconocimiento del pecado, penitencia y a empezar de nuevo con otros modales. Los del PP de antes, estás cosas las aprendían en el catecismo. Aunque claro, los de ahora son capaces de decir que el catecismo y el libro rojo de Mao Tsedung coinciden en más de un 80%, como los programas del PP y del PSOE al Cabildo y Arrecife. ¡Amén, camarada!

 

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