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SE NECESITA UNA COMUNICACIÓN OFICIAL FLUIDA QUE EVITE ALARMISMOS

Lo hemos dicho por activa y por pasiva. Desde el principio, antes incluso de que hubiera casos de Covid-19 en la isla.

Es un tema fundamental en esta crisis. Simplemente porque tenemos a la población mayoritariamente recluida en casa, ante una amenaza nueva que necesita de mucha pedagogía, y, además, se trata de un virus enormemente contagioso y con una letalidad nada despreciable.

El cuento de que era como una gripe ya no cuela y  hasta el propio Juan Manuel Sosa, que anda en confinamiento casero, ya no lo repite como hace unas semanas. Hace falta que alguien con autoridad moral y conocimiento real de la situación ponga en conocimiento de la ciudadana insular, de forma periódica, cuales son los medios, las infraestructuras y los incidentes y casos que se vayan produciendo. Eso hará que una población mayoritariamente temerosa y ociosa descargue sus emociones en la red con mayor y mejor criterio. Evitando así que desvaríos múltiples propaguen el alarmismo, algo que no aporta nada bueno y aumenta el histerismo.

En una crisis como esta, que afecta a toda la sociedad, y que se espera una respuesta responsable de cada uno de nosotros, necesita de un director de orquesta. De alguien que a nivel insular se erija como figura de referencia médica y del conocimiento, con la autoridad que le da el RD 463/220 para afrontar la situación. Hay que doblar la curvar, vencer al virus, luchas como jabatos y todo eso se hace mejor si evitamos que la población caiga en el pánico cuando empecemos a transitar por “lo peor que está por venir”.

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