EL ENCHUFE, DE PADRES A HIJOS
- DOLORES FUERTES DE BARRIGA
En Lanzarote, los políticos han perdido completamente el sentido común cuando se trata de llevarse unas “perras”, unos euros en versión moderna, para casa. Ya no da el mínimo reparo engancharse a la teta pública, de cualquier manera, si se tiene posición de privilegio en el partido. Y la puerta de atrás para hacer estas chapuzas institucionales se llama “asesores”. Palabra y concepto que han deteriorado hasta el infinito.
Nacieron los asesores, o se contemplaron en la norma, para que el político pudiera tener a su alrededor personas de confianza para que le asesoraran y le ayudaran a solventar los problemas, en un ambiente también de confianza. Y, ellos, en lugar de utilizar ese instrumento para conseguir ese objetivo, lo han pervertido hasta el punto de meter asesores que no saben de nada, que no hacen nada, o que no tienen nada de qué vivir, con el propósito de seguir contando con su apoyo en la organización política de marras, y eternizarse en el cargo. También responden a este esquema los concejales y consejeros que se liberan cobrando el 80 %, 90% y hasta 98% del sueldo público para seguir cobrando también el privado en su actividad privada. Es un espectáculo tan bochornoso y pesetero que dudo que la gente se haga una idea y pueda seguir votando a ejemplares así.
Pero la cosa parece que va para largo. Y no parece que tenga solución fácil cuando quiere pasar de padres a hijos o hijas como si se tratara del gen de la risa. Un padre debería estar para formar a sus hijos y ayudarles a encontrar trabajo, si fuera necesario. Pero dejar que una persona, con poco más de veinte años, aproveche que el padre es miembro destacado de un partido para acabar enchufada como asesora, sin horario ni responsabilidad específica, es animarla a recalar en la incultura del mínimo esfuerzo y máximo aprovechamiento de las relaciones personas y familiares. Mal ejemplo, sin duda, que ayuda poco a cambiar esta situación tan perniciosa que se vive en la política de Lanzarote.
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