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LA TASA TURISTICA QUE QUIERE PODEMOS EN CANARIAS

La tasa turística es una vieja serpiente de verano política que aparece y desaparece en el debate público con más frecuencia de la debida.

Y, entonces,  el partido en cuestión nos recuerda una y otra vez esa ristra de países y comunidades que cobran una “módica cantidad” a los turistas por el simple hecho de pernoctar en la zona. O sea, que al precio estipulado por el hospedaje, incluidos sus impuestos, se les añade esa “módica cantidad” por noche y persona. Al euro la noche, si usted está siete días en Canarias y viene acompañado por su pareja y tres hijos, pues tiene que dejar en el hotel 28 euros más en concepto de tasa turística, sin ninguna contraprestación más ni nada. Da igual que se quede en un hotel de 5 estrellas o en una pensión.

¿Cuál es el propósito? Está claro, recaudar más las arcas públicas del negocio turístico con la excusa de que es un dinero que irá destinado a invertir en mejorar las propias infraestructuras turísticas. Como si ya los turistas no estuvieran contribuyendo fiscalmente en Canarias con cada servicio que recibe, a cambio de nada, ya que se vuelven a sus países de origen o comunidades sin disfrutar de los servicios que se financian con la recaudación de los impuestos en las islas. El turista paga el 7% del precio de su hotel en impuestos, también cuando va a un restaurante, alquila un coche o visita un centro. Como los residentes, el turista paga impuestos indirectos extraordinarios cuando echa gasolina, cuando consume alcohol, fuma o usa energía. Y esos gastos los hace porque permanece en las islas durante unos días, si no fuera así Canarias y el Estado no recaudarían cantidades ingentes de dinero. Y si hablamos del impacto indirecto de esos turistas, con las declaraciones de todos esos que trabajaban en el sector, apaga la luz y vámonos.

Quizás, en lugar de estar pensando cómo le quitamos un euro al día a cada turista a cambio de nada, podríamos desagregar los ingresos por impuestos indirectos y conocer el impacto real que tiene el gasto de los turistas en esa inmensa cantidad recaudada que después es gestionada de aquella manera por nuestros gobernantes. No se trata de poner nuevas figuras impositivas al turista, sino de mejorar los sistemas de recaudación y de conseguir una mayor eficiencia en las políticas del gasto.

Comentarios  

#1 Carmen 24-10-2022 16:50
No estoy en nada de acuerdo con su artículo. No es cierto que los turistas paguen sin contraprestación alguna. Usan las carreteras, consumen territorio, necesitan las instalaciones eléctricas y de agua para regar los jardines y llenar las piscinas, exigen cuidado de los espacios públicos, algunos de ellos sólo destinados a ellos… Una ecotasa es fácilmente cuantificable, por lo cual se puede seguir la pista sobre lo recaudado y lo invertido. Además, no solo no creo que una familia deje de venir por 28€ de más en su viaje, sino que apoyaría que ese dinero vaya destinado a un fin medioambiental.
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