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UN EXCESO INNECESARIO QUE PECA DE ANTIDEMOCRÁTICO

La expulsión del portavoz del Partido Popular del pleno del Cabildo es claramente indefensible.

La presidente del Cabildo se excedió, por nerviosismo o por fobia, con Jacobo Medina que, simplemente reclamaba que se le atendiera su derecho a réplica “por alusiones” sin respetar, eso sí, que estaba hablando Dolores Corujo en ese momento. Se entiende el mal humor de la presidenta con lo que le estaba diciendo el portavoz del PP en relación a la rehabilitación de las dichosas viviendas olvidadas, pero no la reacción que tuvo. Pudo  haber intentado apaciguar el acaloramiento de ambos pero no pudo, precisamente, porque la que más cabreada estaba era ella. Quizás debería arbitrarse que cuando la presidenta habla quien tenga la potestad de evaluar el exceso de los intervinientes sea otro consejero y así evitar que la decisión con mesura que debe tener el árbitro no se vea condicionada por el fragor de la batalla.

Aunque hay antecedentes de expulsiones de consejeros en los plenos, ninguno fue por cosa tan leve. Si Pedro San Ginés hubiese usado la misma vara de medir que usó Dolores Corujo ayer, Carlos Meca, por ejemplo, no hubiese terminado ni una sesión plenaria en el mandato pasado y con mucha más razón. Ha sido un exceso y debe evitarse esa forma de regir un pleno. Se puede caer en la tentación de echar al portavoz contrario a la mínima de cambio y dejar sin representación a una parte de la ciudadanía. Y en eso no consiste el debate parlamentario. Y lo sabe muy bien la presidenta, que también es diputada y muchas veces se le ve gesticular y hablar mientras le llevan la contraria en el plenario.

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