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¡EL DINERO NO TODO LO PUEDE, CHIQUILLAJE!

Por mucho que intentes enseñarles la diferencia entre la ética y la estética, entre el corazón y el bolsillo, siempre acaban cayendo en los errores garrafales aprendidos en la gonorrea indisimulada.

Creen que pueden meter la pata y después solucionarlo con dinero. Y siempre con dinero ajeno, claro. Pero el dinero es solo dinero, moneda de cambio, sin valor intrínseco más allá del que quiera darle el banco central o cada uno de nosotros. Y cuando se falta a la palabra, cuando se miente como un bellaco, el dinero solo sirve para limpiar la marca que deja el miedo en la entrada de la hucha natural que llevamos todos incorporada desde el mismo día que nacemos. Solamente hay una forma de corregir un error: desandar lo andado en el sentido contrario, en la mismísima dirección. Con humildad, con madurez, con sentido común. Todo lo demás, es profundizar en la herida, agravar la situación, faltar al respeto y alejar el momento de la solución. ¡Dicho queda!        

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