MAÑANA MARTES, ÚLTIMO DÍA PARA PUBLICAR ENCUESTAS DEL 28M
- M.G.D.
Es un claro ejemplo de normativas que no tienen ningún sentido en el mundo actual, interconectado, donde los electores tienen igual acceso a lo publicado en España que el resto del mundo. Así, que la normativa prohíba que no se pueden publicar nuevas encuestas cinco días antes de las elecciones es una entelequia. Cualquiera puede publicar los datos que quiera en una publicación nueva o vieja radicada en cualquier país al que accedan todos los electores españoles que quieran. Además, ya está también demostrado que publicarlas apenas tiene incidencia en la voluntad popular, al margen de los apostadores a caballo ganador que ya lo hacen con los resultados de hoy.
El Periodico.com explica muy bien de dónde viene esta restricción. “En 1985, cuando Internet aún era Arpanet y se reducía a una red de ordenadores que conectaba las instituciones de Estados Unidos, la adolescente democracia española aprobó la ley que regiría todos sus procesos electorales. El artículo 69.7 establecía: "Durante los cinco días anteriores al de la votación, queda prohibida la publicación y difusión o reproducción de sondeos electorales por cualquier medio de comunicación". En 2011, ya en la era de Google, Facebook, Twitter, WhatsApp y los 'smartphones', entró en vigor una reforma de la norma que no tocó esta antigualla, que a partir del martes volverá a aplicarse en la España de TikTok, Instagram, los 'influencers', Telegram y la inteligencia artificial”.
“La comparación con las principales democracias del mundo también sonroja a la ley española. En Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos o Alemania no existe ningún tipo de restricción para la publicación de encuestas. En Portugal y Francia solo se impide publicarlas la víspera de los comicios. Solo Italia, Grecia y Chipre prohíben los sondeos con mayor antelación de las elecciones que España. En total, 121 países dejan total libertad a la difusión de estudios de opinión, según datos de 'The ACE Electoral Knowledge Network'”. En fin, que seguimos creyendo que vivimos en el pasado. Y esos son los mismos que juran y perjuran en campaña que nos van a llevar al mejor futuro soñado.