EL PALACIO DE DEPORTES TIENE QUE SER UNA PRIORIDAD, EXIGE UNA RESPUESTA INMEDIATA

Las cosas se eternizan porque los políticos al llegar a un cargo siguen el librito del que estaba antes. Si llegan y hay un tema que lleva años sin solucionarse, lejos de afrontarlo con mayor empeño por la tardanza que ya acumula, piensan rápidamente: “si los otros alcaldes y concejales no hicieron nada por algo será, mejor ni tocarlo”. Y ahí sigue eternamente el problema.

El ejemplo es el Palacio de Deportes de Arrecife, cerrado desde hace casi veinte años por encontrarse deficiencias en la construcción después de usarse por unos años. Fue la obra estrella de la estrellada ex alcaldesa Isabel Déniz en sus casi dos mandatos de gobierno (2000-207) y una de las presuntas corruptelas que la mantiene estos días sentada en el banquillo de los acusados. El Palacio de Deportes de Arrecife está en Argana Alta, el barrio más populoso de Arrecife y el que más necesidades de infraestructuras deportivas tiene. El activista social Andrés Medina es uno de los que no para de reivindicar que se afronte el reto de devolver este espacio al disfrute de los ciudadanos.

El nuevo alcalde parece que está dispuesto a meterle manos al asunto. Es un hombre ilusionado en cambiar Arrecife, que tiene garra y ganas de hacer cosas. Ha puesto de concejala de Deportes a una persona también con garra y atrevida que dice que su objetivo es abrir este pabellón al público. Tanto Eli Merino como Yonathan de León han puesto su mirada sobre las cada vez más deterioradas instalaciones, que costaron varios millones de euros, presuntas comisiones incluidas. Esperemos que esta vez sí sea la buena. Esperemos que después de poner el Palacio de Deportes en el centro de las miradas de los vecinos de Arrecife, Yonathan y Eli cierren los ojos y se vayan con la música a otra parte. Su promesa es pública y muy necesaria. Cueste lo que cueste, no se puede dejar que se caiga sin más unas instalaciones nuevas. Ya otro día hablamos de la Piscina Municipal de Tías, construida en el año 2011 y todavía sin abrirse al público.