¿QUIERE PEDRO VIERA DISPUTARLE A OSWALDO EL PRIMER PUESTO DE HOMBRE-FOTO?
- J.B.C.
Lo que se ve en la política de esta islita nuestra no se ve en ningún otro sitio. Primero nos dicen que transformar las delegaciones insulares del Gobierno de España en direcciones insulares de la Administración General de Estado es darle un perfil más bajo, alejarlas de la política para adentrarlas en la función pública pura y dura. Para ello, la persona que opta al cargo debe ser un funcionario.
Pero, ahora llega el profesor Pedro Viera, con larga experiencia política en el PSOE, que accede al cargo precisamente por ser el funcionario elegido por su partido y nombrado por el Gobierno de España y no para de hacerse fotos con todo el que pasa por delante de la Delegación del Gobierno. Dicen que su principal objetivo al frente de la Dirección Insular puede ser batir al presidente del Cabildo Oswaldo Betancort nada más y nada menos que en su punto fuerte: el hacerse fotos y aparecer en todas las redes sociales acompañado por cualquiera que quiera retratarse con él. Da igual que sea un equipo de deportes, que un grupo de mayores, que la directiva de una asociación o una sindicalista. Con cualquiera, menos con lo que debe ser su trabajo, que es tener al gobierno al día de cómo se encuentran en la islas las delegaciones de su competencia.
Se entendería, aunque tampoco son imprescindibles, que Pedro Viera se hiciera fotos reuniéndose con la Guardia Civil, con la Policía Nacional, con el responsable de la Seguridad Social y de Hacienda, del Puesto Fronterizo, de la Marina, de Defensa, con las asociaciones que atienden a los inmigrantes. También con el presidente del Cabildo y con los alcaldes para saber cuáles son las deficiencias y que sacara alguna vez notas de prensa de inversiones que ha conseguido traer para la isla en esas áreas. Esa es la función. Lo otro es más de lo mismo, aprovechar el cargo y sus recursos para auto promocionarse de muy mala manera. Lo único que le falta ya es convertir el patio de la Delegación en zona de ensayo de las murgas y comparsas. Aunque, con el poco tiempo que lleva y el ritmo que trae, no nos extrañe nada que antes de fin de año oigamos los tambores y trompetas al pasar por la Pescadería. ¡Políticos!