LA EUFORIA ES MALA CONSEJERA EN LA POLÍTICA, SEÑOR ALCALDE
- J.B.C.
En esta misma sección, hemos destacado en varias ocasiones el dinamismo del alcalde de Arrecife, Yonathan de León (PP), y lo positivo que puede ser para una ciudad que necesita un fuerte empuje para colocarse en el sitio que merece para bien de sus vecinos y del resto de la isla. Pero no hay que confundir la velocidad con el tocino, ni el optimismo con la euforia. Lo decimos por el titular que ayer nos regalaba el alcalde capitalino en el que decía que "Hemos logrado que baje el precio del combustible, y ahora la llegada de nuevas navieras abaratará la cesta de la compra". Con las cosas complejas, los chistes fáciles no dan risa.
Yonathan de León se ha congratulado que “durante este mes de julio se haya estrenado en Arrecife una Estación de Servicios Low Cost (hay solicitadas dos licencias más) que está posibilitando la bajada del precio de los combustibles. Además, el alcalde prevé que el estreno de una nueva línea marítima de carga, posibilite abaratar el precio de la cesta de la compra, porque los operadores pueden tener más competencia para la importación y exportación de sus productos y servicios, que las islas llegan por vía marítima”. Y las cosas no son tan fáciles. Ni se puede uno sumar a la fila de “Superman por un día” porque al día siguiente se puede quedar haciendo de Tarzán a la “chita callando”.
No se puede confundir la instalación de una gasolinera “low cow” en Arrecife, dentro de la estrategia de una multinacional en todo el estado español, con una medida municipal, ni obviar las restricciones laborales y de servicios que conlleva para los usuarios. Por supuesto, también habrá que ver si realmente la puesta en marcha de una nueva línea de una naviera provoca la caída de los precios de la cesta de la compra. Apuntarse a todo, tiene sus riesgos. Y hacerlo alocadamente tiene muchos más. Las buenas intenciones no son solo intentar cambiar el mundo para mejor, sino hacerlo con honestidad. Y lo que cae del cielo, no es solo agua, sino también lluvia. Y la lluvia nos puede favorecer, y debemos aprovecharla, pero nunca querer apuntarnos el hecho de que llueva como una acción propia.