EL “CASO GINORY” NO DEJA VER LA CIUDAD AL PSOE
- M.G.D.
El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Arrecife, José Alfredo Mendoza, y familia se equivocan al poner en su estrategia política el “caso Ginory” por delante de la realidad y necesidades de la capital. Arrecife tiene muchas necesidades y la gestión de los gobernantes muchas fisuras como para querer crear un problema nuevo donde solo hay rescoldos del pasado. El caso Ginory, lo sabemos todos, es una sangrante farsa que viene avalada por una sentencia judicial firme que hace inviable cualquier reacción que no sea pagar la cantidad y sus intereses (¡Y mira que ha habido intereses en esta imaginaria pieza de suelo!).
Es verdad que todos sabemos que aquel solar fue un invento de alguien, que fue terreno ganado al mar y que los arrecifeños más longevos te lo recuerdan día tras día. Pero no queda otra que apoquinar porque los políticos y algunos técnicos del pasado actuaron con más interés que rigor y así quedó aquello.
José Alfredo puede versionar, si quiere, el chiste de Tarzán en su luna de miel: “Si yo no encontrar agujero, yo hacer agujero nuevo”. Pero no va de eso la cosa. Al igual que Tarzán se dio cuenta que la cosa sexual es más compleja que hacer un agujero, Alfredo y familia tendrá que darse cuenta que la cosa política es más que buscar un chivo expiatorio y leña al mono que es de goma. Tarzán tampoco le haría eso a Chita.
A los políticos, les hace más daño un excelente resultado sin premio que un mal resultado. Es como si ser los más votados y quedarse sin Alcaldía les dejara noqueados. Le pasó al nacionalista Echedey Eugenio el pasado mandato: fue el más votado pero no hubo Alcaldía y estuvo los cuatro años llorando por las esquinas y cabreando al personal en tertulias, despachos y reuniones. Este mandato no fue el más votado pero ha tocado poder y se le ve más centrado. Pero, en cambio, José Alfredo Mendoza fue el más votado, con nueve concejales de los veinticinco que tiene la corporación, igualita cantidad que Echedey en el pasado mandato, y no encuentra la tecla para disparar palabras como dardos. Tiene a su servicio a su cuñada, que si se muerde la lengua se muere, pero el veneno lo pone en dosis con tan poco disimulo que no se lo traga nadie. Así, me da, que en las propias elecciones le pasará lo que ya le pasó en estas a Echedey: de las novenas pasaran a la séptima de caballería. Con la pena de que, a lo peor, tampoco toca poder, que ha sido la tabla de salvación política y económica de Echedey (que también se ha traído a su mujer al Ayuntamiento, porque está muy bien eso de compañera del alma pero es mucho mejor compañera de bancada (con cargo y sueldo). Y la familia es la familia, da igual en el PSOE que en CC que en El Padrino. Y si no que se lo pregunten a los Machín. ¡Jesús, por Dios, amigo!
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