¿EN ARRECIFE SOLO IMPORTA EL TAMAÑO?

Ya se decía en aquellos tiempos donde la vida rural era predominante: “Burro grande, ande o no ande”. Y parece que sigue vigente eso de que el tamaño sí importa, aunque solo sea por “joder” a los demás. Lo decimos por esa visión un tanto fálica y casposa de ver la Navidad como una competición y un interés en batir récord en naderías. Empezó el Ayuntamiento de Arrecife poniendo en grandes titulares que tenían este año no solo el árbol de navidad más grande de Lanzarote sino de la historia de estas fechas en la isla. Y, ahora, remata  con el “Arrecife inaugura un Belén Monumental de 300 metros cuadrados…”. Aquí parece que se trata de impresionar por el tamaño y no por la vidilla que se pueda dar con semejantes instrumentos festivos.

Nadie le ha pedido al Ayuntamiento de Arrecife ni a sus gobernantes, por lo menos no tenemos constancia por aquí de ello, que hagan los mayores árboles de Navidad, quizás los vecinos prefieran tener unos cuantos más todo el año, naturales, para dar sombra, ni que los belenes sean monumentales, mientras los recintos feriales o Palacios de Congreso son inexistentes. Se trata, en definitiva, de ambientar la ciudad de ese espíritu navideño tradicional que ayuda tanto a los comerciantes a que los vecinos y vecinas se acuerden de que hay que comprar regalos y regalas para toda la familia.

Y ya, siendo así, no estaría de más, que el Ayuntamiento de Arrecife titulara alguna nota diciendo que los empresarios de Arrecife son los más que aportan para sufragar los gastos ocasionados. En otras ciudades, en Gijón, por ejemplo,  se suele firmar un convenio donde las asociaciones empresariales y el Ayuntamiento se ponen de acuerdo para afrontar estos gastos. Aquí, nada de eso. Como el dinero público no es de nadie, pues a gastarlo alegremente. ¿Habría que titular diciendo que tenemos a los comerciantes más listos o bastaría con poner que tenemos a los políticos más tontos? ¿O será al revés? ¿O será al derecho, y todos son listos menos el ciudadano que se conforma con tener el pino más grande y más gordo y un belén monumental? ¡Pastorcillos, pastorcillos, vengan corriendo…!