¡GUÁRDAME UNA CRÍA, PAPACITA!

La Asociación Custodia del Territorio Papacría ha publicado en los medios de comunicación un artículo titulado “La deriva sinsentido de la feria Navilan” para avisar (¿o para alarmar?) sobre la elevada contaminación que supone poner una pista de hielo durante tres semanas en Arrecife. Y realmente me parece que es quedarse con la anécdota y olvidarse del verdadero problema por parte de una asociación que cae, de forma casi ridícula, en los devaneos más propios de los ataques entre gobierno y oposición, tan típicos en esta isla nuestra.

“Y todo esto en Lanzarote, una isla, permítannos recordar, que se negó a la construcción de un número ilimitado de campos de golf por el alto consumo de agua potable, las altas emisiones de gases de efecto invernadero y la destrucción del territorio”, escribe la asociación de forma tan ridícula como gloriosa, que pareciese que esta isla es ejemplo general de comportamientos de desarrollo sostenible y respetuosas con el cambio climático. Nada más lejos de la realidad. ¡Ya quisiéramos aquí que el gran problema de contaminación de la isla fuera una pista de hielo durante tres semanas!   

“ (…) Nuevamente y durante tres semanas la organización pretende montar equipos de frío industrial alimentados por un grupo electrógeno diesel para fabricar el hielo (…) Quizás haya quien se interese al saber que cada kilo de diesel emite a la atmósfera 2,67 kg de Co2, junto a gases tóxicos como el monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2), así como benzeno, tolueno, benzopireno y partículas como el hollín (…)”, afirman en forma de sentencia cuasi anunciadora del fin del mundo provocado por una pista de hielo en tres semana de funcionamiento.

Sorprende que una asociación que quiera ir de seria en esto de la ecología, la protección del medio y la lucha en contra del cambio climático no encuentre mejor objetivo en una isla como Lanzarote para visibilizarse que atacar este entretenimiento de niños.  Sorprende por intrascendente, por desproporcionado y por inútil. En una isla donde hay miles de coches, se tiene uno de los récords de coches por persona más elevado del mundo, y el transporte público colectivo más deficiente de ese mismito mundo mundial y, precisamente, lo que contamina es la pista de hielo. ¡Hay que tenerlos muy grandes y peludos para hacer esas afirmaciones! ¿O es que acaso esos coches no se nutren de energías fósiles con todos esos contaminantes que sí tiene el gasoil del motor de la gélida pista de hielo? ¿Cuántas propuestas ha hecho este “tipo de papa ecológica” para que no se desaproveche la adjudicación del nuevo pliego de guaguas y se recojan las necesidades reales de la movilidad lanzaroteña para así, también, ahorrar millones de toneladas de contaminación al poder reducir miles de coches en nuestras carreteras? No dudamos que sería mejor que se alimentaria con energía eólica o de placas solares, pero ese consumo es irrelevante comparado con el total de emisiones.

En fin, que sí, que el problema de contaminación que tiene esta isla es la pista de hielo de los niños por navidad. Todavía no saben que Endesa produce la mayor parte de la energía que consumimos en Lanzarote de esa misma manera, durante todo el año. ¿O ocaso piensan que lo que tiene en Punta del Viento Endesa son renos para llevar la electricidad en Navidad a cada casa? Lo dicho: “Guárdame un cría, papacita”.