¿EL PROBLEMA ES QUIÉN LO TRAJO NO QUÉ HIZO?
- J.B.C.
Oswaldo Betancort ha puesto a su ristra de asesores enchufados en el Cabildo (Más de medio millón mensual en nóminas) y periodistas amigos a buscar una forma de escaparse de la fama de despilfarrador que ha cogido en estos dos años de gobierno que lleva en el Cabildo. Y, sobre todo, de intentar bajar las críticas por gastarse unos tres millones de euros en una consultoría para un estudio que pagan los CACT.
Después de los millones tirados en viajes de dudosa rentabilidad, a los que se suman los que meten en el Saborea, más todos los que destinan a subvenciones sin sentido y fiestas varias. A todo a menos a resolver los problemas reales de la isla como el agua, el transporte, el saneamiento, etc.
Y llegaron a un acuerdo. Con tanta poca base ni sentido como todo lo que hacen. Por lo visto, la explicación del despilfarro queda salvada diciendo que el beneficiario con el “trieuromillón” llegó a Lanzarote de la mano de María Dolores Corujo en su etapa como presidenta. Y repiten que ya pasó también con el abogado Ignacio Calatayud, que llegó a la isla de la mano de la socialista Manuela Armas en su etapa de presidenta pero que hizo fortuna con su amigo Pedro San Ginés en sus diez años de presidente del Cabildo.
Hay que ser muy tontos para creerse que los lanzaroteños vamos a criminalizar cómo llegaron a Lanzarote, en lugar de hacerlo por lo que hicieron. El problema de Calatayud no es que trabajara para el Cabildo, en su condición de abogado, sino que ganara las millonadas que ganó mientras estuvo de presidente quien se declaraba sin rubor su amigo. Y, sobre todo, que perdiera el caso de la Cueva de los Verdes, por presentar fuera de plazo las alegaciones del Cabildo, al que representaba en ese asunto. Hasta el propio San Ginés quedó un tanto decepcionado de su amigo.
Y lo mismo está pasando ahora con el beneficiario de la adjudicación del millonario estudio. Una cosa es que trabaje para el Cabildo, en su condición de profesional externo, y otra que el Cabildo se gaste casi tres millones de euros en ese estudio. Parece evidente. Y puestos a retorcer la realidad, podríamos estar de acuerdo que estos dos trabajaron para gobiernos socialistas sin contratos escandalosos y llegaron a gobiernos de CC e hicieron el negocio que se les imputa.
Es como si hiciéramos responsable a Rafael Lasso y Juan Francisco Rosa de haber traído a Lanzarote a Fernando Gómez Aguilera para dirigir su Colegio Internacional de lo que hace o deshace en la Fundación César Manrique ahora como director fundacional de la misma, que no es precisamente una fundación que les ría la gracias especulativas y empresariales a estos dos señores.
Hay que dejarse de cuentos y sacar las cuentas. Y, sobre todo, dejarse de despilfarros y dedicar el dinero de todos los lanzaroteños a crear mejores infraestructuras y servicios. Para hacer fiestas, si es eso lo que les gusta, se pueden apuntar a la comisión de fiestas de sus respectivos pueblos. Y todos tan tranquilos.