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Arrecife aprueba por unanimidad la propuesta del Grupo Nacionalista solicitando la Medalla de Oro de Canarias para la Parranda Marinera “Los Buches”

 

 

La popular agrupación celebrará en 2023 el 60º aniversario de su fundación

El pleno del Ayuntamiento de Arrecife celebrado durante la jornada de este viernes 25 de noviembre ha aprobado por unanimidad la moción del Grupo Nacionalista solicitando al Gobierno de Canarias la concesión en 2023 de la Medalla de Oro a la Parranda Marinera «Los Buches» con motivo de la conmemoración del 60º aniversario de su constitución.

 Asimismo, el acuerdo incluye la organización por parte del Ayuntamiento de Arrecife de un acto conmemorativo de esta importante efeméride para la ciudad y sus tradiciones culturales teniendo muy presente la misma en la celebración del Carnaval 2023.

 En este sentido, el portavoz nacionalista, Echedey Eugenio, en la defensa de la moción, destacó que Coalición Canaria cuenta “entre sus preocupaciones la puesta en valor de nuestra cultura y tradiciones” por lo que “debe ser de obligado cumplimiento” este reconocimiento a Los Buches como “uno de los grandes exponentes de la cultura arrecifeña que han estado durante sesenta años regando la cultura de este municipio con sus tradicionales cánticos marineros unidos a sus vestimentas que le confieren esa impronta tan característica”.

En este sentido, Eugenio destacó que “Arrecife cuenta con una de las manifestaciones musicales más importantes del Archipiélago como es Los Buches, considerada por historiadores y entendidos como parte de la máxima expresión del carnaval popular de las islas y el testimonio más vivo de los vínculos de los hombres y mujeres de Arrecife con el mar”.

En el recorrido histórico que se realiza en la moción nacionalista, su portavoz quiso destacar a “los bucheros antiguos, aquellos marineros que recorrían las calles de Arrecife durante los Carnavales vestidos con ropas campesinas antiguas y caretas de rejillas, y provistos de vejigas de pescado hinchadas, que fueron prohibidos en 1936 y recuperados en 1963. El rescate de esta tradición llegó de la mano de la Parranda Marinera de Los Buches, cuya trayectoria la ha hecho merecedora de una calle en la ciudad de Arrecife, y esperamos que fruto de esta propuesta también en 2023 puedan incorporar la Medalla de Oro de Canarias a la relación de reconocimientos a su dilatada trayectoria”.

Hay que recordar que la tradicional Parranda Marinera «Los Buches», que conforma la base y el pasado del Carnaval de Arrecife y Lanzarote fue recuperada en el año 1963 por un grupo de amigos, una cuadrilla compuesta por músicos, hombres y mujeres, que interpretan antiguas canciones marineras y los portadores de buches –vejigas de grandes peces curtidas e infladas–, con los que se golpea a la gente”.

Este singular grupo de amigos se reunía en una pequeña habitación que tenía alquilada Wenceslao Noda Hernández para almacenar los pertrechos de un pesquero en la Calle José Betancort, esquina Canalejas. En esos encuentros surgió la idea de recuperar la antiquísima tradición de Los Buches creando una parranda marinera, seña de identidad del viejo carnaval porteño. Sus fundadores eran hombres de mediana edad y en sus encuentros recordaban los viejos carnavales, cuando los marineros regresaban de la costa y corrían los carnavales con buches de pescado inflados en sus manos.

El primer Carnaval de la Parranda Los Buches data de febrero de 1963 y en sus preparativos, localizaron y confeccionaron la antigua indumentaria compuesta por montera de lana, cintas de diferentes colores, chaleco de lentejuelas, pantalón calado y bordado, ligas, medias, polainas, guantes blancos, el peculiar pito de agua y la careta metálica con que cubrían sus rostros, diseño de César Manrique, quien colaboró con la parranda para que no se perdieran las tradiciones.

Así comienzan también las primeras salidas del grupo fuera de la isla y en julio del 1964, en La Laguna, utilizan por primera vez su segunda indumentaria.

 

De Los Buches existe mucha literatura acumulada a lo largo de las últimas seis décadas. Una muestra de ello es la reseña firmada por uno de nuestros más insignes escritores como es Leandro Perdomo que en “Una fiesta marinera”, fechada en 1973, destaca: “... aún suenan en mis oídos las cuerdas del timple, y de las guitarras, y los resoplidos del acordeón... Oyendo la parranda de los buches comprendí todo el entrañable valor de la música popular nuestra... El acordeón, instrumento que se arruga como las olas del mar, tan porteño y tan marinero, daba la nota ‘costera y pescaora’ entre el timple y la guitarra y voz del ‘cantaor’ y el pito de agua, instrumento de caña y de soplido único en el mundo, como queriendo zambullirse en los trasfondos marinos...”.

Casi un siglo antes, a finales del XIX, el antropólogo francés, René Verneau, se refirió así a los antecedentes de Los Buches: “Durante el carnaval, las calles de Arrecife presentan una animación que no hubiese sospechado viendo el silencio de muerte que allí reinaba unas semanas antes. Durante todo el día circulaban grupos de mujeres y hombres disfrazados. El vestuario que se usa en estas mascaradas es el de los campesinos, que ya sólo llevan unos pocos viejos. A la cabeza de cada grupo va gente de ambos sexos tocando la guitarra y cantando. El resto lo acompaña también cantando y provisto de unas vejigas de pescado enormes, con las que golpeaban a todos aquellos que encontraban...”

En 1890, Verneau describe una tradición marinera y carnavalera que todavía hoy perdura a través de la Parranda Marinera Los Buches, y que ha contribuido a trazar el rostro de la ciudad de Arrecife. Veinticinco años después de la visita de Verneau, dos inquietos intelectuales franceses, Prust y Pitard, pasan por Arrecife coincidiendo con el carnaval y aportan más datos sobre esta celebración: “Todos ocultan la cara cuidadosamente; los ricos debajo de una careta de crin, para que les dure tres días sin que el sudor la haga papilla, los más pobres debajo de una capa de yeso o de hollín.”.

Por su parte, el músico Benito Cabrera relata que, “en Carnavales, se puede ver por las calles de Arrecife a un grupo de hombres de los que hay que huir si no se quiere recibir un sonoro aunque nada doloroso buchazo. Estos atizan a diestro y siniestro sus inofensivos golpes con voluminosos buches de pescado, que previamente son curtidos en salmuera y secados ya inflados. Sus cantos son una pequeña muestra del rico cancionero que los marinos interpretaban”.

 

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