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¿Astrid, víctima o culpable?

Astrid Pérez ha conseguido lo que tanto había soñado: convertirse en una referencia política de primer orden en Lanzarote.

Aunque, claro, los sueños esconden la parte de pesadilla que tienen todas esas situaciones deseadas. Astrid, líder insular desde hace más de 13 años de un Partido Popular que en Lanzarote siempre ha estado muy lejos del PSOE y de Coalición Canaria, los dos partidos más votados en Lanzarote, ha multiplicado por diez su incidencia en la política insular desde que es alcaldesa de la capital lanzaroteña. Se ha convertido en el contrapeso de la derecha a un PSOE que surca aguas turbulentas entre la izquierda que pregona y el centro derecha que ocupa cuando gobierna. Ella y María Dolores, el PP y el PSOE, se ayudaron al principio del mandato con el único afán de tocar poder y de marginar a CC. Se hicieron fotos como “mejores amigas” y pasaban tardes de largas sobremesas planificando cosas mientras brindaban animosamente. Pero todo eso duró dos años, hasta que Astrid Pérez se cansó de los concejales socialistas de Arrecife, de los que nunca se fio, y de que los gerifaltes de su partido la estuvieran amenazando con la expulsión por mantener un pacto anti natura con el PSOE en Lanzarote.

La ruptura con el PSOE llevaba a Astrid, inevitablemente, a las manos de Coalición Canaria. Y, ella, además, vio como un éxito que los dos concejales que fueron imprescindibles para gobernar con el PSOE, Armando Santana (Nueva Canarias) y Elisabet Merino (Somos) se mantuvieran en el gobierno con ella. Coalición Canaria llegaba al gobierno capitalino con ocho de los nueves concejales que sacaron en las elecciones, uno se cayó en la operación de Sosa para llegar él también al  gobierno del Cabildo con la carta de San Borondón bajo el brazo.  Así Echedey desembarcaba en el gobierno capitalino con ocho concejales y Astrid les recogía a unas manzanas del muelle de la Cebolla con otros tantos.  8+8 en el gobierno más 9 en la oposición. Sobra decir que Astrid no se fía tampoco de Echedey y que este busca ser alcalde por encima de todas las cosas.

La pieza (o el buena pieza) Armando Santana en el complejo mundo de los equilibrios políticos capitalino también es poliédrica. Por un lado, se muestra leal a Astrid. Por otro, se mueve en esferas mediáticas y políticas del propio PSOE, donde actúa de chamán incuestionable Carlos Espino, principal soporte y hacedor de Dolores Corujo. Pero guarda con el PSOE y el PP, con Astrid y Dolores, el mismo enconamiento contra CC y, muy especialmente, contra Pedro San Ginés y Echedey Eugenio. Astrid vive su pacto con Echedey como un reto a superar donde el principal enemigo lo tiene dentro de su fortaleza de gobierno. Por eso, ante el enfrentamiento provocado por Armando Santana contra Coalición Canaria, diciendo que CC sabotea los actos de Nueva Canarias y el PP desde dentro, para ocultar su malísima gestión del Sunset Festival, Astrid no sea capaz de reprocharle a Santana su metedura de pata. Muy especialmente porque Astrid no dará un paso que entienda que pueda beneficiar a CC en Arrecife y porque, en el fondo, Astrid Pérez piensa lo mismo que Armando del comportamiento de CC, aunque no comparta, en nada, la forma de actuar en este caso de Armando.

Esa situación geopolítica que se da en el pacto de gobierno de Arrecife entre el PP y CC es lo único que salva al concejal número 16 del Ayuntamiento (con 13 de 25 se tiene la mayoría absoluta) de ser expulsado de grupo de gobierno y muy posiblemente de cerrar en un fracaso su historia en el Ayuntamiento de Arrecife, que ha ido de ocurrencia en ocurrencia, de despilfarro en despilfarro, siguiendo, al pie de la letra, las líneas que le ha marcado el mismo técnico que ahora, aparentemente, se ha desmarcado de él para presuntamente sabotearle el concierto  cuando ya tenían todas las autorizaciones para su celebración, desactivándole el servicio de luz y sonido, que es imprescindible para poderse llevar a cabo, a sus espaldas. Santana adoptó a Miguel Ángel Leal, monitor sociocultural con una amplia experiencia política en el PSOE, como técnico de cabecera, mientras seguía manteniendo un contacto estrecho con Carlos Espino y gobernaba a las órdenes de la líder popular en Arrecife. Enrevesada sí que es la situación.

Ahora, ante el desbarajuste en el que han dejado al Ayuntamiento y a la propia alcaldesa ante los focos, esta tiene que crear su propio argumentario y actuar con cirugía fina para no llevarse por delante piezas que le pueden hacer falta en el futuro. Y es muy práctica. ¿Quién comunicó a la empresa de luz sonido que el festival estaba suspendido?  El técnico de marras. ¿Tenía autorización del concejal para actuar en una competencia exclusiva de la alcaldesa? Pregunta no valida si no consta por escrito o de forma demostrable. ¿Decisión? El técnico la hizo, el técnico la paga. Miguel Angel vuelve con todos sus bártulos a Cultura, a ser lo que realmente es en el Ayuntamiento pero nunca le ha gustado ser. Se acabó su peregrinaje de hacedor de Cándido Reguera (PP), de Rafael Juan González (CC) y de Armando Santana (NC)en Turismo y eventos. Será hasta que otro quiera.

Astrid sabe que Armando no las tiene todas consigo para volver a ser concejal de Arrecife. Entre otras cosas, porque la propia subida que se espera del PP en la capital, se comerá mucho voto despistado que hasta ahora encallaba en partidos pequeños. Pero su presencia en el gobierno todavía puede ser válida para que medie con CC en caso de conflicto. Vamos, que Santana les puede ladrar sin ella mancharse las manos. Solo esa situación salva a Armando de salir por la puerta de atrás, aunque su fallo garrafal le deja sin técnico y si credibilidad para los meses más decisivos.

El problema mayor que tiene Astrid para hacer llegar su estrategia a todos sus ciudadanos es que carece de músculo mediático. Tiene todavía Miguel Angel Leal más predicamento en algunos medios, a los que trató bien en sus tiempos gloriosos y acercó generosamente a Santana, que la propia alcaldesa de Arrecife. Y, además, unos están más liados con CC que con el PP y otros más liados con el PSOE que con el PP y eso hace que no consiga la contundencia de nacionalistas y socialistas cuando sale a los medios. Le falta esa respuesta coral de medios a sus estrategias que sí tienen CC y el PSOE. Ese ha sido uno de los grandes déficits de la política partidaria de la actual alcaldesa de Arrecife. Aunque ha ganado peso político y está sentada en el segundo sillón de más visibilidad en la política insular, no ha sabido romper el dominio mediático de socialistas y nacionalistas. Y eso que CC está fuera de los grandes puestos de poder que ha tenido en los últimos 20 años. Astrid puede tener la razón y puede que, incluso, pueda demostrarlo, pero le será mucho más difícil todavía que se la den. Y, eso, en cierta medida, la hace la víctima de este embrollo, cuando fue un plato que le llegó a ella bastante frio por expreso deseo de sus socios de gobierno.

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