Momento Navidad
- Alex Salebe Rodríguez
De las cuatro fiestas de la temporada navideña y arranque de año nuevo, desde niño y muy joven me gustaban sobre todo dos: el día de las velitas, como le decimos en Colombia a la noche del 7 y el encendido amanecer del 8 diciembre, y la celebración de los cuatro días de Carnaval, 40 días antes de Semana Santa, y no es que no disfrutara de la Navidad o del 31 de diciembre, pero las dos festividades de apertura y cierre del ciclo para mí eran muy especiales.
El músico colombiano Adolfo Echeverría tuvo la feliz inspiración de inmortalizar en una veintena de estrofas la canción que desde hace 61 años relata uno y otro, y otro diciembre más, y seguirán cayendo diciembres, festejos de referencia que entremezclan alegrías, nostalgia y hasta desenfreno.
Gustavo Tatis Guerra, escritor del Caribe colombiano, describe ‘Las cuatro fiestas’ como “himno de un tiempo de inocencia bajo la brisa de todo el mes...”, aludiendo también a la voz de Nury Borrás, la cantante que dejó sembrado para siempre el tema insigne del maestro Echeverría. Sin la voz de Nury, ‘Las cuatro fiestas’ quizá hubiese sido un tema fugaz, pero su versión nos seguirá acompañando infinitamente.
Fugaces son las felicitaciones navideñas y los buenos deseos interesados que salen como churros o butifarras, como fugaces fueron los aplausos a los profesionales sanitarios en pandemia. Se veía venir.
Ojalá que, de verdad, la solidaridad, el respeto, la tolerancia y la convivencia no sean valores pasajeros de un momento de Navidad, sino que perduren en el tiempo porque estamos hartos del hipócrita postureo que nos envuelve en una especie de afrenta pública que permea nuestra felicidad.
Afortunadamente, hay abrazos y mensajes de verdad, de amigos, de familiares, de allegados, de gente conocida que explaya su sonrisa con sinceridad, que dan sentido a la alegría de vivir. Gracias, gracias por dedicar un ratito de su tiempo a leer y felicidades para todos.