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Mi padre era peón caminero

Hijo, nieto y biznieto de guardia civil, "grancanario", que no canario, que siempre me decía que él nació en "la muy leal y señorial Villa de  Agüimes, antigua sede episcopal, con su patrona perpetua Nuestra Señora del Rosario". Ese era mi padre, Paco Lemaur.

Él, bajo de estatura, calvo desde relativamente pronto y con gafas de vista; físicamente me parezco más a los hermanos de mi madre aunque ella siempre me decía que tengo el porte de mi abuelo Lorenzo. Lorenzo Lemaur Fluxa, que en 1920 trajo el apellido Lemaur a Canarias, cuando vino destinado desde Mallorca a Agüimes a ocupar la plaza de guardia civil que había obtenido.

Mi padre, lo mismo que mi tío Lorenzo, en 1958 ganaron una plaza de peón caminero en el entonces Ministerio de Obras Públicas. A mi tío le toca ir a Fuerteventura y a mi padre le tocó el destino de Lanzarote. De peón caminero trabajó desde los 30 años hasta su jubilación, en las carreteras de Lanzarote, desde las 7 o las 8 de la mañana, según cuadrara. Al solajero, 8 horas seguidas, 5 días a la semana.

Paco Lemaur,  en Lanzarote conocido por Paco el Canario, mi padre, a los 17 años quedó huérfano de madre y a los 21 también huérfano de padre, con lo que en la Escuela anduvo lo elemental, aunque tenía muy buena caligrafía y era bueno redactado. Y también era bueno con los números. Al fallecer su madre se generó un cisma familiar por lo que a muy pronta edad hubo de ponerse a trabajar, en lo que fuera. De listero en una finca de tomates en Corralillos, Vecindario, me contaba mi madre que trabajaba cuando se casaron. Le gustaba mucho la lucha canaria donde, a pesar del poco cuerpo, tenía su estilillo, haciendo sus pinitos en el equipo de Agüimes.

A los 28 años se casó con chica más guapa de Agüimes, Josefa Santana Morales, mi madre, la mayor de los nueve hijos de Pepito Santana, agricultor de El Ejido, y de María Morales Suárez. Nueve meses después nací yo. También en Agüimes, en la ciudadela del número 55 de la calle Moral.

Al año de estar trabajando en Obras Públicas, al acabar su mes de vacaciones, en septiembre de 1959 nos vinimos todos a vivir a Lanzarote. Hasta mediados de 1968 vivimos en la "casilla de caminero" de Arrecife, donde hoy es la Urbanización El Cable. Luego nos mudamos a Titerroy.

Con su sueldo de peón caminero y junto a mi madre, nos criaron a sus cuatro hijos que, aunque sin lujos, nunca nos faltó nada y nos dieron todas las oportunidades para estudiar mientras quisimos.

Pues eso, que ese era mi padre. Paco Lemaur, Paco el Canario, peón caminero de Obras Públicas, que de bueno le daba su camisa a quien la pudiera necesitar.

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