Jesús Lasso, deporte y periodismo deportivo a raudales
- MANUEL GARCÍA DÉNIZ
Conocí al periodista deportivo (¡cómo que comunicador!) Jesús Lasso Cabrera a mediados del año 1983. Le conocí en su ambiente, donde él se movía como pez en el agua. Exacto, en la pecera del estudio del viejo local de Radio Lanzarote, ya desaparecido. Llegué allí, me dio entrada, leí mi crónica de lucha canaria y me fui a comerme el potaje de arvejas que me tenía preparado mi querida señora madre Esperanza a Tías. Era la primera vez que pisaba una emisora de radio, la primera vez que leía una crónica y la primera que veía a aquel director de un programa deportivo que el día antes Agustín Acosta me había dicho que se llamaba Jesús Lasso.
En realidad, conocí a Jesús Lasso antes que al propio Agustín Acosta, ya que este me despachó por teléfono y me metió en la boca del lobo, o en el programa de Lasso, en dos minutos de conversación telefónica. Le llamé para hacer un programa de lucha canaria en el verano y acabé al día siguiente metido en la jungla deportiva de Jesús Lasso. Con el tiempo, ya conocí las formas y maneras de Acosta Cruz y tuve que reconocer que no se debió a que confiara en mi voz como la futura estrella de la comunicación de la isla. ¡Aunque vaya a usted a saber!
Por muy difíciles que nos parezcan los tiempos actuales en la profesión, aquella época era rematadamente peor. Pero también más divertida. Como no había dinero ni medios, la cosa iba de total vocación. Con el tiempo fue mejorando, y el desarrollo turístico de la isla y el hambre comunicativa de los políticos, los nuevos reyes del mambo con la reciente democratización de las corporaciones locales, ayudaron a que también se viviera una época dorada mediática. Pero en el origen, en los que tuvo Jesús Lasso, iniciado en la “cosa esta” diez años que yo, se trataba de gustarte mucho el deporte y los medios de comunicación. Ya se sabe que sarna con gusto no pica.
Era la época donde también brillaban Juan José Viera (ya fallecido), Pedro Farray (padre, que también el hijo fue un buen compañero más tarde) y Andrés Fuentes. Los que le dieron continuidad a los graciosos diálogos deportivos que viví en mi infancia, que oía esperando que dijeran algo de los deportes de Tías, del señor Acosta (Agustín) y el señor Cabrera (Román). En esa fauna peculiar, Jesús destacaba y pretendía tener de actividad principal el periodismo deportivo, frente a los otros que lo hacían desarrollando otras profesiones. Y eso llevaba mucho trabajo, mucha implicación con las entidades deportivas y mucha capacidad para encontrar financiación de los proyectos. Cuando yo llegué, los únicos medios de la isla eran Radio Lanzarote y la revista Lancelot, que había nacido dos años antes, en 1981. En la de los inicios de Jesús, fue más peluda todavía, apenas Radio Lanzarote y la revista Antena de Guillermo Tophan, que duró unos veinte años, desapareció también en esos años.
Después la cosa ya empezó a mejorar. Y el peso pesado ( ¡y va sin segundas!) era Jesús Lasso. Tenía experiencia, vocación y tiempo. Aunque con la aparición de Radio Insular, promovida por el Cabildo para frenar el apogeo de Acosta, y la revista La Voz, puesta en circulación por Acosta para reducir la influencia creciente de Lancelot, todo empezó a complicarse y apareció también otro destacado como Emilio Hernández (Q.E.P.D.). Y la jungla se complicó y las tiranteces de los medios, los grupos Lancelot y Radio Lanzarote, llegó también a la arena deportiva mediática. Más de una vez nos zurramos (¡con lo bonito que suena susurrar y lo mal zurrar!). Y parecía que la fortuna que estaban amasando los dueños, con aquellos diretes políticos que buscaban acomodo en los medios, fueran a parar a nuestros bolsillos, que apenas cobrábamos. Pero todo se fue poniendo en su lugar, y guardo buenos recuerdos de aquella etapa inicial, llena de pasión, fervor y aprendizaje.
A pesar de las diferencias, aunque nunca llegamos a ser amigos, tampoco fuimos enemigos. Le tengo aprecio porque conmigo contó siempre que tuvo oportunidad y creyó que yo le podía aportar algo a sus eventos. En más de una ocasión me sacó de mi casa para que les explicara a visitantes qué es la lucha canaria. La última vez, en un acto de gala de la Asamblea de la Federación de Periodistas Deportivos de España, que se celebró en Lanzarote. Le dije que yo ya me dedicaba a otro periodismo. Y me soltó un conmovedor: “Yo lo puedo hacer, pero el experto eres tú”. Y fui, claro que fui. ¡A quien le amarga un halago de un compañero con el que compartiste batallas y hasta trinchera!
El Cabildo de Lanzarote, “que preside Oswaldo Betancort”, ha querido reconocer el medio siglo de experiencia y trabajo en la comunicación deportiva de Jesús Lasso Cabrera. La distinción a Jesús Lasso Cabrera en la VI Gala del Deporte insular tendrá lugar el próximo lunes 26 de febrero a las 20:00 horas en el Monumento al Campesino. Y yo quiero posicionarme a favor de forma libre y emocionada. Se lo merece. Y Lanzarote se merece que los lanzaroteños empecemos a reconocer el mérito, trabajo y dedicación de nuestra gente en crear una isla mejor. Cada uno por lo que ha sido, por lo que ha hecho. Al margen de fobias y filias, con total regocijo de que alguien como nosotros reciba un aplauso público por su entrega a algo. En este caso, a Jesús Lasso, un periodista deportivo como la copa de un pino en el periodismo local que nos hemos dado nosotros en este medio siglo último.
Mi enhorabuena y mi aplauso, Jesús.
Comentarios